Diez años atrás, el fotógrafo de moda Andrea Cisternino, dejaba su trabajo en su natal Italia para trasladarse junto a su esposa Vlada Shalutko a Ucrania con el objetivo claro de combatir la caza de perros callejeros. Hoy, en pleno conflicto bélico, se niegan a abandonar el refugio de animales que con tanto amor construyeron como parte de esta lucha.
Andrea Cisternino es un exfotógrafo de la moda que hace diez años decidió mudarse a la natal Ucrania de Vlada Shalutko, su ahora esposa. La decisión no resultó casual, pues desde un principio cuando Cisternino escuchó acerca de los llamados ‘cazadores de perros’ que se especializan en la captura y exterminio de perros callejeros, decidió documentar el hecho. Pero los esfuerzos de la pareja fueron mucho más allá de la documentación y pasaron al plano del activismo.
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Todo comenzó con el libro ‘Perros callejeros: Historias de hombres y animales’, autoría de Cisternino que se vendió en todo el mundo en 2011. Más tarde, en el marco de la Eurocopa celebrada en Ucrania en 2012, el fotógrafo escuchó sobre la matanza de perros callejeros en aquel país. Sin dudarlo, se trasladó hasta él para documentar la situación, pero su compromiso fue tal que decidió invertir todas las ganancias de su libro en la construcción de un refugio de animales en Ucrania.
El ‘Rifugio Italia’, como nombraron al lugar, se encargó de realizar una campaña de sensibilización, concientización y rescate de distintos animales en dificultad. Perros callejeros, gatos, aves y ganado encontraron un lugar seguro para vivir en un espacio de 20 mil metros cuadrados administrado por Cisternino. El refugio que se localiza a 45 kilómetros de Kiev, la capital de Ucrania, se divide principalmente en cuatro áreas: Una para perros y gatos callejeros. Otra para ganado, caballos y pastoreo. Una sección destinada a aves de corral. Y una última donde se aloja la clínica veterinaria.
Lamentablemente las acciones animalistas de Cisternino, lo situaron en la mira de los cazadores que se opusieron al refugio en Ucrania desde el primer momento. Dos años después de la inauguración del lugar, el refugio fue objeto de un ataque que culminó con un violento incendio cobrándose la vida de 71 perros y el sueño de la pareja de ofrecer un lugar seguro a los animales callejeros. “Nadie vino a ayudarnos, ni siquiera los bomberos” dijo Cisternino en un post en sus redes sociales. “Logramos sacar a los perros hasta que el fuego se volvió demasiado violento”.