El cacique y ratón; Martín de la Cruz Gómez ya empezó a hacer precampaña disfrazado de brigadas y jornadas, quiere #hueso para el 2024, pues trata de atraer los reflectores de MORENA y el Partido Verde, pero hasta ahora sólo le falta mostrar el músculo de la clase trabajadora que mantiene secuestrada en el sindicato más corrupto de Quintana Roo.
Cabe señalar que ya hay varios inquietos que están haciendo lo correspondiente para que Mara Lezama los volteé a ver, pero hasta el día de hoy, no hay #nada, más que derrochar el dinero que ganan los trabajadores de Playa del Carmen y la Riviera Maya.
Aunque Martín de la Cruz, es un nombre muy conocido en el estado de Quintana Roo. Unos lo ven como líder charro de la clase obrera, la que saca adelante a la entidad, otros como el político que no presentó iniciativas como diputado local y candidato frustrado a la presidencia municipal de Solidaridad.
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Tales características son las que están en el imaginario colectivo. Las negativas, porque se lo ha ganado a pulso y son esas acciones las que van escribiendo su biografía de interés público. Si alguien busca su nombre en la web, aparece mucha información de actividades que hacen los trabajadores agremiados Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) pese al saqueo documentado de su líder.
La CROC, uno de los sindicatos más fuertes en Quintana Roo gracias a que cuenta con la mayoría de los contratos colectivos en el sector hotelero, es también uno de los organismos que tienen gran poder decisión al interior del Partido Revolucionario Institucional, PRI.
Al contar con más de 35 mil trabajadores afiliados, el líder de esta organización sindical en Quintana Roo, Martín De la Cruz Gómez, se ha convertido en los últimos años en uno de los personajes más poderosos al grado de colocar en diversos cargos públicos y, sobre todo, en puestos de elección popular a varios de sus agremiados.
Saqueo a trabajadores
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No conformes con saquear el salario y propinas de los trabajadores y hacer millonarios negocios a través del Sindicato de la CROC, la ambición de los líderes croquistas como Martín de la Cruz, los lleva a ahora a detentar contratos de trabajo de otros sindicatos y atacar a empresarios hoteleros.
Acusado de corrupción y enriquecimiento inexplicable, con propiedades en Cancún, Playa del Carmen, Tulum, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, producto de la ordeña a las propinas y otros negocios mediante mecanismos ilegales como las pagadoras (oursourcing), ataca a empresarios con el objeto de chantajear, extorsionar y presionar para que la CROC se adjudique el contrato colectivo de trabajo, principalmente en hoteles de gran plusvalía.
El cuestionado líder croquista, Martín de la Cruz Gómez, hace lo mismo que su jefe Isaías González Cuevas, líder nacional de la CROC, quien ha intentado chantajear al hotelero Roberto Chapur para que le entregue el Contrato Colectivo de Trabajo del hotel Hard Rock de Los Cabos, Baja California, ambos en poder de la CTM.
Al estilo gansteril del viejo sindicalismo mexicano, con golpeadores, amenazas y argucias legaloides, la ambición y corrupción de los líderes croquistas, que se han enriquecido a costilla de los trabajadores, intentan ahora acaparar más hoteles para engrosar sus bolsillos con las propinas de los trabajadores.
Lo que ocurre en la Riviera Maya es una copia de lo que su líder Isaías González Cuevas intenta en Los Cabos, con la misma marca hotelera, para tratar de monopolizar a los trabajadores e imponerles sus cuotas y vicios como lo hacen en otros hoteles de Cancún y la Riviera Maya con total impunidad.
Cabe recordar que hay una larga lista de abusos e historias de terror que han sufrido trabajadores y sobre todo delegados que no se alinean.
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En alguna ocasión corrieron al delegado del hotel Iberostar Genaro Cruz por ya obedecer a sus intereses.
Alejandro Cruz Martínez, delegado del Secret Maroma está exiliado en Chiapas, pero cobra sus propinas en este hotel, que como se ha denunciado subió a categoría 5 diamantes, sin embargo a los trabajadores del hotel se les sigue pagando igual las propinas, no se les ajusta porque los líderes se quedan con ese excedente.
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Martín de la Cruz quiso ser alcalde a costa de cuotas sindicales, pero la sociedad lo desechó. De la Cruz Gómez, tal parece que hizo uso de los recursos que los trabajadores aportan para sus propios fines y por ello se reserve la información de lo que ingresa por cuotas, así como su destino.
Como se recordará, a raíz de la reforma al artículo 6º Constitucional en el 2014, los sindicatos fueron incluidos como sujetos obligados de rendición de cuentas en lo relativo a los recursos públicos que reciben y ejercen.
La importancia de la reforma radica en el gran avance que supone el combate de la opacidad y del mal manejo de los recursos públicos no sólo en el ámbito del Poder Ejecutivo, sino también en distintos sectores que perciben y ejercen recursos públicos, como lo son los sindicatos.
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La Ley de Transparencia también obliga a los sindicatos a transparentar vía Internet información como padrón, patrimonio y contratos colectivos de trabajo y, al igual que la CROC, persiste la opacidad en varios sindicatos.
Pero, en el caso específico de la CROC, que como señalamos antes es quizá la organización sindical más poderosa en el estado, se vuelve más preocupante que no cumpla con la ley y, peor aún, que las autoridades no hagan nada aún para obligarlo.
Es oportuno aclarar que la ley reconoce dos tipos de transparencia sindical. La transparencia interna a la que se obligan los sindicatos con sus agremiados; y la transparencia externa que es para las personas que no son miembros del sindicato pero que están interesadas en el manejo de los recursos públicos que les han sido asignados.
El fracaso político del mandamás de la CROC
El otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) le regaló una diputación local a Martín de la Cruz para el periodo 2013-2016, como parte del pago de favores y por el uso de los agremiados como carne al asador. Pero más allá de estas prácticas, el líder charro solo presentó un acuerdo en los tres años que ocupó un curul en el Congreso del Estado de Quintana Roo y se trataba de un evento, no de una ley, que hoy podría estar disfrutando la sociedad.
Asimismo, como diputado local, Martín de la Cruz, solo presentó 5 iniciativas que no eran propias, si no de su entonces partido, el PRI, lo que confirma haber sido un legislador que no rindió frutos.
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El oportunismo político de Martín de la Cruz
Además de ser un diputado gris en la cámara local de diputados, el líder sindical tuvo el sueño de ser presidente municipal de Solidaridad, todo bajo las sillas del PRI.
Sin embargo, ahora el “dueño” de la CROC se la pasa alabando a la gobernadora, que salió de las filas de Morena, el partido que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Solo basta ver las publicaciones de Martín de la Cruz para notar que ahora se siente parte del partido en el poder, porque va tras sus propios intereses.
Dinero de las propinas para el fracaso político
La política y conducción de los sindicatos de trabajadores no es siempre a favor de los agremiados, quienes son los que se llevan la peor parte y los que “mantienen” a sus dirigentes con sus cuotas y prácticamente los financian para escalar a otras posiciones.
Un ejemplo de tales manejos y beneficios de los líderes sindicales, es el de Martín de la Cruz, dirigente de la Confederación de Obreros y Campesinos, (CROC), quien cuando fue el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a la presidencia municipal de Solidaridad usó las propinas.
Fuentes al interior de la CROC, explicaron que su dirigente y delegados para hacerse de las propinas de los meseros y demás agremiados, dinero que usaron para la campaña.
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Y es que para todo mesero o trabajador gastro hotelero, lo más común es que la propina sea del que se la gana y, en otros casos, se hace una gran bolsa que al final del día es repartida entre los meseros, cocineros y garroteros, método con el cual todos quedan contentos ya que cada quien aporta su parte.
Las fuentes de la CROC explicaron como, desde hace algunos años, los agremiados ven mermadas sus propinas y detalló la ruta del dinero correspondiente a las compensaciones que reciben los agremiados por el servicio que ofrecen a los visitantes.
En cada hotel que tiene contrato colectivo de trabajo con la CROC, se designan delegados de la Confederación, quienes llevan el control de las propinas de los trabajadores gastro holeteros.
Por ejemplo, de 100 pesos de propinas que reciben los trabajadores en su mayoría incluida en el consumo, el hotel le devuelve 80 pesos a la CROC, gremio que a la hora del reparto, solo le entrega 50 pesos al trabajador agremiado y se queda con los 30 restantes.
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