La Fiscalía General del Estado de Jalisco confirmó que las pruebas genéticas realizadas a los restos humanos encontrados en el barranco de la Colonia Mirador Escondido, en el municipio de Zapopan, corresponden a los ocho jóvenes desaparecidos desde mayo. Los peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses llevaron a cabo las pruebas en los restos recuperados del barranco, que tenía una profundidad de aproximadamente 40 metros.
Los ocho jóvenes desaparecidos trabajaban en un supuesto call center ubicado en dos inmuebles diferentes: uno en Jardines Vallarta y otro en La Estancia, ambos en Zapopan, Jalisco. Sus nombres son Jesús Alfredo, Arturo, Itzel Abigail, Carlos David, Carlos Benjamín, Mayra Karina, Sandra Analí y Juan Antonio. Estos restos corresponden a las personas que fueron reportadas como desaparecidas desde el 20 de mayo.
La información sobre la identificación de los restos se dio a conocer a los familiares y se integró a la carpeta de investigación para esclarecer los hechos, según el comunicado emitido por la Fiscalía Estatal. Además, se informó que el personal de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses sigue trabajando en el barranco para extraer más restos y revisar la zona.
Hasta el último informe, se habían recuperado al menos 50 bolsas con restos humanos, aunque no se correspondían con el mismo número de cuerpos. Las autoridades estaban llevando a cabo pruebas de perfil genético y otros análisis para identificar los restos y determinar el número total de víctimas encontradas. Con esta confirmación, se suman al menos ocho víctimas identificadas hasta el momento.
El caso de los jóvenes desaparecidos en el call center ha generado una gran conmoción en la comunidad.
Las investigaciones continúan para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. La identificación de los restos es un paso crucial en el proceso de investigación y brinda a los familiares cierta certeza sobre el destino de sus seres queridos, aunque también significa enfrentar la triste realidad de su pérdida.