Un caso por demás curioso fue difundido en redes sociales al mostrar cómo cientos de aves, la mayoría cisnes, llegaron a campos donde estaba sembrada amapola y comenzaron a comer las flores, ahora todo parece indicar que las aves se han vuelto adictas.
Los hechos fueron reportados en Eslovaquia, informes señalan que los cisnes se volvieron tan adictos a la amapola que ahora no pueden ni volar.
🇸🇰 | El extraño caso de los cisnes en Eslovaquia: cientos de ellos se están drogando en los campos de amapolas. Se volvieron tan adictos que perdieron su capacidad para poder volar
Los agricultores han pedido ayuda a las autoridades para reubicarlas y que pasen por un proceso de… pic.twitter.com/6sHRseZ2NL
— Alerta Mundial (@AlertaMundial2) June 16, 2023
Tras percatarse de lo que estaba ocurriendo con las aves, algunos agricultores acudieron a tratar de retirarlas del campo cubierto con flores de color rojo y tuvieron que cargarlas por su incapacidad para volar.
Los cisnes y las otras aves serán sometidas a un proceso de desintoxicación y rehabilitación como si se tratara de un adicto.
No solo los humanos se drogan, en diversas ocasiones se ha reportado que animales como leones, tigres, leopardos, pumas, linces, renos, chimpancés y coyotes han sido vistos deambulando bajo los efectos de algunas plantas y hongos que les producen efectos alucinógenos.
¿Cuáles son los efectos de la amapola en el cuerpo?
La amapola es una planta que se utiliza comúnmente para la producción de opio, que contiene sustancias psicoactivas como la morfina y la codeína. Estas sustancias tienen efectos analgésicos y sedantes, pero también pueden causar efectos secundarios y adicción.
Los componentes activos de la amapola, como la morfina, pueden aliviar el dolor al unirse a los receptores opioides en el sistema nervioso central, bloqueando así la transmisión de señales de dolor.
La morfina y otros opiáceos derivados de la amapola tienen un efecto sedante en el sistema nervioso central, lo que puede causar somnolencia, relajación muscular y disminución de la ansiedad.
Los opiáceos pueden deprimir el centro respiratorio en el cerebro, lo que puede disminuir la frecuencia respiratoria. En dosis altas, esto puede ser peligroso y potencialmente conducir a problemas respiratorios graves o incluso al coma.
Además de los efectos analgésicos, la morfina y otros opiáceos pueden producir sensaciones de euforia, relajación y bienestar. Sin embargo, también pueden causar confusión, somnolencia excesiva, depresión y alteraciones en el estado de ánimo.
El uso prolongado de opiáceos derivados de la amapola puede llevar a la tolerancia, lo que significa que se necesita una dosis cada vez mayor para obtener el mismo efecto.
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