En estos 1 y 2 de noviembre, Día de Muertos, miles de familias mexicanas esperan la llegada de sus seres queridos que se adelantaron en el camino colocando hermosas y vistosas ofrendas con todo tipo de adornos, calaveritas de azúcar, pero sobre todo comida.
Desde fruta, alcohol, guisados, tamales, chocolate y dulces, hasta el tradicional pan de muerto, los alientos que se colocan en la ofrenda son una verdadera delicia a la que muchos vivos no puede resistirse, pero ¿se puede comer la ofrenda del altar?
¿Es posible comer la comida expuesta en el altar?
La mayoría de los alimentos que se colocan en la ofrenda se pueden comer, ya sea fruta, dulces o chocolate, sin embargo, pasado el Día de Muertos es muy probable que tamales o guisados ya se hayan descompuesto al permanecer a la intemperie, mientras que el pan de muerto se habrá endurecido.
Los alimentos más elaborados, al permanecer sin refrigeración y exponerse al calor de las velas, los haría incomibles y consumirlos sería un riesgo para la salud.
En el caso de la fruta, esta es segura para el consumo, solo es importante lavarla muy bien antes de comerla, mientras que las calaveritas de azúcar suelen ser resistentes y algunas familias las reutilizan al año siguiente o las comparten entre los niños.
En el caso del pan de muerto, aunque puede endurecerse, basta con meterlo al horno de microondas junto con un pequeño vaso de agua por unos minutos para que vuelva a hidratarse, aunque, hay quienes lo consumen así, aunque sea un poco duro.
También hay quienes “picotean” la ofrenda cuando aún están presentes las almas, lo cual sería considerado una falta de respeto, por lo que es mejor esperar a que pase el Día de Muertos para comenzar a degustar lo que quedó en la ofrenda.
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