El activista Antonio Ramos Pérez revivió el escándalo de Gabriel Mendicuti y la escuela para niños autistas privada, Kodomo.
Playa del Carmen.- La próxima reaparición de Gabriel Mendicuti Loria en una conferencia en línea en el Colegio Inglés en Playa del Carmen programada este sábado 28 de noviembre, revivió una investigación del año 2015 realizada por el activista Antonio Ramos y que involucra a Gabriel Mendicuti Loria, ex secretario de Gobierno de Roberto Borge, su entonces esposa Damaris Menes y la suegra de nombre Ana María Ramos Zúñiga, en un escándalo que involucra un predio así como recursos federales.
A continuación, el texto íntegro:
KODOMO, S.A. de C.V., una asociación con clarísimos fines de lucro
¡ÉSTO ES IMPERDONABLE, LA ENORME CORRUPCIÓN AFECTA HASTA A NIÑOS AUTISTAS!
El 19 de agosto de 2015, siendo presidente municipal José Mauricio Góngora Escalante, el ayuntamiento de Solidaridad firmó el contrato de servicios número HAS/OM/HAB/SER/002/2015 con la asociación civil “Centro Terapeútico para el Desarrollo Infantil Kodomo, A.C.”, por la cantidad de $1,444,800.00 pesos (un millón cuatrocientos cuarenta y cuatro mil ochocientos pesos), comprometiéndose así recursos provenientes del programa federal Hábitat en sus vertientes Intervenciones Preventivas y General, así como recursos propios.
El contrato fue firmado mediante ASIGNACIÓN DIRECTA en un claro TRÁFICO DE INFLUENCIAS ya que la presidenta y representante legal de dicha asociación, Damarys Verenice Menes Ramos, es esposa de quien en ese entonces fungía como SECRETARIO DE GOBIERNO DEL ESTADO DE QUINTANA ROO, Gabriel Mendicuti Loria.
Todo parece indicar que la asociación civil se ha desviado de los fines para la que fue creada y ahora se dedica a “cachar” RECURSOS FEDERALES mediante trucos poco éticos y nada profesionales con la complicidad de miembros del ayuntamiento de Solidaridad, e incluso del representante de la Sedatu en el estado, ofreciendo cursos y talleres hasta de SALSA, PILATES, AEROBICS, JAZZ, DANZA CONTEMPORANEA, entre muchos otros, que jamás se ejecutan.
Pero esta asociación no tiene recursos para ofrecer terapias a niños con autismo de familias de escasos recursos. Debo mencionar que “Kodomo” ofreció esos cursos mencionados según consta en los documentos anexos, pero solo le fueron “autorizados” los de sensibilización que más adelante detallo.
La asociación civil Kodomo, según consta en documentos entregados al ayuntamiento, surge debido a la necesidad de centros especializados, así como de profesionales capacitados para el tratamiento de Autismo. La misión, declara, es la mejora de la calidad de vida de los niños con TEA así como de su entorno familiar, fomentando su independencia personal e integración a la sociedad respondiendo a las necesidades específicas de cada niño. Luego entonces, ¿por qué se desvía de su misión?
En una carta dirigida al entonces oficial mayor, ahora presidente municipal interino, Rafael Eugenio Castro Castro, la presidenta de la asociación afirma que el Centro Terapéutico para el Desarrollo Infantil Kodomo “CUMPLE” con los requisitos señalados por el ayuntamiento y capacidad para llevar a cabo los talleres, motivo del contrato: talleres de sensibilización escuela para padres adolescentes, cultura de la paz y el buen trato, resolución pacífica de conflictos, habilidades sociales y asertividad, respeto a la diversidad sexual, prevención de la violencia en el noviazgo, prevención de las adicciones, entre otros.
Sin embargo, de acuerdo a otros documentos entregados al ayuntamiento como parte de esos requisitos señalados, la asociación civil solo brinda servicios propios de los objetivos para la que fue creada, y todas relacionadas con el autismo: valoración diagnóstica, modificación conductal, integración sensorial, terapia de lenguaje, terapia ocupacional, terapia de aprendizaje, seguimiento a escuelas, adecuaciones curriculares, entrenamiento a padres, etc.
Además, en el contrato se estipula que Kodomo está comprometida a entregar copias de solicitudes de los beneficiarios atendidos al ayuntamiento, además de copias de registro de inscripción, acreditación y certificación de los grupos atendidos, material fotográfico de las capacitaciones, copias de documentos de acreditación de cursos, documental de experiencia; sin embargo, no hay evidencia fotográfica correspondiente a las actividades realizadas en los Centros de Desarrollo Comunitarios de Solidaridad.
La lista de “beneficiarios” corresponde tanto a personas del padrón de beneficiarios de subsidio a la vivienda de la Sedatu de Playa del Carmen como de Cozumel más no a las personas de Solidaridad que supuestamente debieron haber tomado los talleres. Luego entonces, LOS TALLERES JAMÁS FUERON IMPARTIDOS.
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Un dato interesante y donde caben muchas dudas es que la cláusula décima del contrato anexo a este reporte señala que “Queda prohibido a “EL PRESTADOR DEL SERVICIO” a ceder en forma parcial o total a favor de cualquier otra persona física o moral los derechos y obligaciones adquiridos mediante este contrato y sus anexos, con excepción de los derechos de cobro sobre las facturas, en cuyo caso deberá contar con la conformidad previa y por escrita de “EL MUNICIPIO”.
Luego entonces, ¿quién cobró tremenda factura? Bajo esta sospechosa claúsula queda claro que el dinero jamás cayó en las cuentas de la asociación civil, sino de una tercera persona.
La corrupción va más allá de lo imaginable. El 15 de mayo de 2014, la señora Ana María Ramos Zúñiga, madre de la presidenta de Kodomo, adquirió el predio de 16,600 metros cuadrados donde se encuentra Kodomo con valor de $0.00 pesos (CERO PESOS CERO CENTAVOS) del Infovir, previamente propiedad del IPAE (Instituto del Patrimonio del Estado).
El 30 de noviembre del mismo año, Ana María Ramos Zúñiga da a título de DONACIÓN la propiedad en cuestión a Damarys Verenice Menes Ramos quien a su vez la da en comodato por 15 años al Centro Terapeútico para el Desarrollo Infantil Kodomo, asociación presidida y fundada por esta última.
Esta fraudulenta operación causó un quebranto al estado por $15 millones de pesos.
Luego entonces, si hasta el 2015 el Kodomo había impartido 3,000 terapias (de acuerdo a documento emitido por esta asociación) y cada una se cobra a las familias a $300 pesos, entonces el Kodomo ha percibido $900,000 en solo terapías.
Con el $1,444,800 sustraído mañosamente del programa federal Hábitat y recursos propios de Solidaridad, el Kodomo bien pudo haber impartido casi 5,000 terapias más. ¿Qué pasó con este recurso, y por qué hay niños que fueron sacados del programa por no poder pagar las terapias?
La próxima administración tiene el deber de esclarecer este tipo de abusos e impartir las terapias para niños autistas como parte de los programas del DIF.
Al parecer en 2016 le fueron dados más recursos al Kodomo.