El 18 de mayo de 2015 un grupo de empresarios encabezados por el entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya (CCERM), Gerardo Valadez Victorio; y de ambientalistas, con Guadalupe De la Rosa Villalva, como presidenta del Movimiento Ciudadano Ecologista Yax Cuxtal al frente, lanzaban una petición ciudadana a través de la plataforma change.org para que no se autorizara la operación del Muelle Ultramar ubicado en Avenida Constituyentes y Zona Federal Marítima de Playa del Carmen, ya que afectaba al arrecife Jardines que se encuentra a escasos 80 metros de la construcción.
Esta solicitud, en base a una historia de corrupción donde la empresa Ultramar violentó las normas ambientales para construir esta infraestructura y con la esperanza de que, al paso de los años, se olvidara por parte de la sociedad.
Es por ello que, casi una década después, la empresa Ultramar vuelve a las andadas y ahora pretende demoler el muelle, como se pidió en su momento, pero no para asumir la responsabilidad, sino en aras de reconstruir uno mayor, lo que pondría por supuesto en riesgo la zona arrecifal e incluso una zona que buzos utilizan para el conocido nado con tiburón.
Al preguntar a dos de los representantes de la sociedad, que desde entonces participan en la defensa de estos sitios, recordaron las condiciones en que ocurrió la construcción de este muelle y los riesgos que existen de permitirse este nuevo proyecto.
De entrada, hay que comentar, fue la secretaria municipal de Medio Ambiente, Lourdes Varguez Ocampo, quien confirmó a diversos medios el proyecto de la empresa Ultramar. Es por esta razón que buscamos conocer la historia y compartirla, ahora para la defensa de uno de los principales atractivos turísticos de Playa del Carmen, como lo es el buceo.
“Desde el punto de viabilidad frenaron esa construcción porque atraviesa precisamente unos arrecifes, son dos, el de Shangrilá y el de Jardines; lamentablemente son los espacios que más ocupan para hacer buceo, para la gente que nos visita, casi siempre son principiantes, tiene unos 11 metros y, posteriormente, de ahí como a 100 metros, hay otro que se llama Shark Point, que son los que bucean con el tiburón toro”, expuso José Gómez Burgos, secretario general de la cooperativa turística Mar Caribe y de la cooperativa pesquera Xaman Ha.
“En aquel entonces Playa del Carmen no estaba muy desarrollado, ese muelle se construyó después del 2002, cuando Miguel Ramón Martín Azueta deja su periodo (como presidente municipal) y Gabriel Mendicuti se lo avienta; anteriormente, en el período de Javier Cal, ya había una anuencia. Yo ya pertenecía a la cooperativa en aquel entonces, y ni los de la Asociación de Prestadores de Servicios Acuáticos (APSA), ni los pescadores, estaban de acuerdo en que se hiciera de esa manera”.
“El desgaste de la zona ha sido demasiado, el impacto ahorita se puede ver, mucho sargazo por las escolleras, precisamente que está enfrente, no permite la salida del sargazo, que nunca habíamos tenido ese problema, hasta después que llegó ese muelle y a arribar ese sargazo”.
El líder de los pescadores también recordó cuando por el año 2012 llegó una notificación de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) mediante la cual establecía la demolición del muelle. “De alguna manera le hicieron perdediza, ese escrito se hizo público, tenía orden de demolición sin reconstrucción; primero por qué afectaba la flora y fauna de ese espacio. Después, no supe si consiguieron un amparo, pero después les autorizaron otra vez usar ese muelle y, lógicamente, las condiciones no han cambiado; la ciudad sí ha crecido, se ha lastimado demasiado”.
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“Desde el 2015 toda la duna de esta zona ha sido removida, tenemos una arena superficial o una arena provisional; cada crecida, se lleva toda esa arena. Nada bueno va a salir de esa obra, cuándo algo malo crea beneficios; a la larga siempre es perder y la ciudad está perdiendo”, remató Gómez Burgos.
Por su parte, Lenin Amaro Betancourt, actual presidente de la Comisión de Turismo de la Asociación Nacional de Consejos empresariales Regionales y quien en ese entonces fuera representante de la Asociación de Propietarios Inversionistas y Prestadores de Servicios de la Riviera Maya, recordó que “el muelle de Ultramar, de la avenida Constituyentes, es una deuda histórica negativa, porque es un muelle que En sus orígenes nació de manera ilegal en una playa pública, que está prohibida venderla. en su momento ganamos los juicios y legalmente sería ordenado demoler el muelle que se había construido”.
“Mágicamente, años después ganaron un amparo y terminaron de muy mala calidad ese muelle; un proyecto que tenía como objetivo principal hacer una mega marina, un muelle para cruceros y aparte de ilegal, contra venía el espíritu turístico que hemos tenido en Playa del Carmen y la Riviera Maya”.
“Sería lamentable que autorizaran ampliarlo, es un tema que le daremos seguimiento y que tendremos que revisar cómo está el expediente actualmente; lo vamos a revisar jurídicamente con algunos de los actores que en aquel entonces participaron para que se demoliera ese muelle ilegal”, advirtió.