Con su regreso al poder, Donald Trump ha reafirmado su compromiso de deportar a más de 11 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos, incluidos alrededor de 5 millones de mexicanos. Esta iniciativa, que durante su primera administración quedó inconclusa, ahora figura como una de las prioridades de su agenda política.
Sin embargo, surgen cuestionamientos importantes: ¿es viable este plan desde el punto de vista económico, legal y operativo? Y, más preocupante aún, ¿está México preparado para afrontar las consecuencias?
Cifras que dimensionan el reto
- 11.2 millones de indocumentados residen en EE. UU., representando el 5% de su fuerza laboral.
- Una deportación masiva reduciría el PIB estadounidense en un 2.6% en una década, según el Instituto Peterson de Economía Internacional.
- En 2022, los hogares de migrantes indocumentados contribuyeron con 46.8 mil millones de dólares en impuestos federales y 29.3 mil millones en impuestos estatales y locales.
Además de las consecuencias económicas en EE. UU., México enfrentaría un desafío monumental al recibir a millones de connacionales, así como a ciudadanos de terceros países como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
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Trump y su equipo defienden el plan
El equipo de transición de Trump ha enfrentado críticas sobre la factibilidad de su política migratoria, argumentando que algunas de las objeciones están basadas en premisas erróneas:
- «Es demasiado caro»
Afirman que, con un gasto de 31,500 millones de dólares anuales, sería posible deportar un millón de personas cada año, tomando como referencia el presupuesto de 2009, cuando se deportaron 250,000 personas con 7,500 millones. - «No sabemos dónde están los indocumentados»
Con 1.2 millones de migrantes con antecedentes penales y 1.5 millones de casos pendientes en tribunales migratorios, el plan comenzaría con este grupo identificado. - «No hay recursos para garantizar el debido proceso»
Trump podría recurrir a la Ley de Sedición de 1798 para simplificar procesos legales y movilizar policías locales, alguaciles y la Guardia Nacional. - «Países se negarán a recibir deportados»
Confían en que medidas de presión, como bloquear remesas, obligarían a los países a aceptar a sus ciudadanos deportados.
México: Una preparación insuficiente
A pesar de las declaraciones oficiales sobre estar listo para enfrentar deportaciones masivas, la realidad pinta un panorama sombrío:
- El presupuesto 2024 no contempla recursos adicionales para fortalecer la red consular ni las instituciones encargadas de atender a deportados.
- El Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) están ya desbordados.
- No existe un plan claro ni infraestructura suficiente para absorber el impacto.
Lecciones del pasado: ¿Estamos preparados?
La Operación Espalda Mojada de 1954 deportó a más de un millón de mexicanos durante el gobierno de Dwight D. Eisenhower. El plan de Trump, aunque similar, podría ser aún más devastador debido a la escala y las condiciones actuales.
México está en un momento crítico: debe decidir si actuará con la anticipación necesaria o seguirá reaccionando ante los acontecimientos. La amenaza no es solo política, sino una realidad que podría desencadenar una crisis humanitaria y económica sin precedentes.