La presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, Maricarmen Hernández Solís, poco le importa la austeridad franciscana que pregona el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, al dilapidar los escasos recursos con que cuenta, ya que se ha vuelto normal ver a la policía en triciclo, calles totalmente olvidadas, entre otros rezagos que existen en esta demarcación que se ubica en la empobrecida zona Maya de Quintana Roo.
El pasado sábado 31 de diciembre para despedir el año, la flamante alcaldesa de ese paupérrimo municipio contrató a la banda sinaloense de talla internacional Tierra Sagrada, para que encabezara su reunión familiar de año nuevo, esta banda que por actuación cobra un monto de alrededor de los 780 mil pesos por dos horas de actuación; ella los contrató con dinero del erario público para amenizar una velada familiar y celebrar la llegada del año nuevo.
La fiesta privada de Mary Hernández, se celebró en el salón de eventos la Palapa de Gabriel Carballo “El Pato”, en dónde además de familiares, hicieron acto de presencia allegados a la despilfarradora edil, los cuales no sumaron más de 40 personas.
La fiesta que dio inició cerca de la una y media de la mañana concluyó cerca de las cinco de la mañana y para “disfrazar” su evento particular, la presidenta contrató a la banda para realizar una presentación popular en el parque principal de la cabecera de este empobrecido municipio de la zona Maya.
La presentación de la banda sinaloense dio inicio a las once de la noche y concluyó poco antes de la una de la mañana, una actuación de cerca de hora y media ante cerca de cinco mil personas que abarrotaron la plaza principal de Carrillo Puerto.
Para Mary Hernández, poco importó que su municipio es severamente castigado por la falta de oportunidades laborales y la alta migración que prevalece en su población.
En Carrillo Puerto la desigualdad impera en la mayoría de rincones del municipio y se acrecienta en particular entre la población indígena, quienes carecen de servicios médicos eficientes y oportunidades de empleo.
Sin embargo, a Mary Hernández poco le importa que en el hospital del poblado no se cuenten con guantes asépticos, medicinas o al menos vendas para cubrir las más elementales necesidades de los pobladores.
Tomando en cuenta que dicha organización musical por cada presentación de aproximadamente dos horas, cobra un promedio de 780 mil pesos y que actuó en dos eventos el mismo día y en la misma ciudad, se presume que pudo haber cobrado alrededor de millón y medio de pesos por ambas presentaciones.
Lo más grave de todo ello, es que el pago por la actuación de esa popular banda se cubrió con recursos del erario público carrillo portuense.
Además, para brindarles seguridad más de 100 policías resguardaron los alrededores del salón de eventos para que la familia Hernández Solís disfrutara de los éxitos de la popular banda. Es obvio que a la alcaldesa de Felipe Carrillo Puerto le a cambiando la vida desde que llegó a la presidencia ella y su familia se han convertido en los nuevos ricos del pueblo, presumiendo una camioneta de 7 millones, casa nueva, viajes a París y ahora bailes de abolengos.
Las aclaraciones deberían darse a conocer y más que en este día la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, realiza una gira de trabajo por la empobrecida ex Chan Santa Cruz.