En los últimos meses, las quejas contra la empresa concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado, Aguakan, se han intensificado en el norte de Quintana Roo. Residentes de municipios como Cancún, Playa del Carmen y Puerto Morelos han reportado interrupciones constantes en el suministro de agua, afectando gravemente a miles de familias y negocios.
Las fallas no solo se limitan a cortes de agua sin previo aviso, sino también a la mala calidad del líquido, que en ocasiones llega con malos olores y coloración turbia. Estos problemas han generado un fuerte malestar social, derivando en numerosas denuncias públicas y la organización de protestas vecinales que exigen una solución inmediata.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Cancún, donde colonias como Villas Otoch Paraíso y Prado Norte experimentaron cortes que se prolongaron por varios días. “No es la primera vez que pasa, pero ya estamos hartos. El agua llega sucia y, cuando hay, es muy poca. No se puede vivir así”, declaró Verónica López, una de las afectadas.
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Aguakan, empresa que opera bajo concesión desde el gobierno de Roberto Borge, ha sido objeto de críticas recurrentes por la deficiente prestación de servicios. A pesar de que las autoridades han intervenido en varias ocasiones para exigir mejoras, los problemas persisten. En 2021, un grupo de ciudadanos organizó un referéndum para revocar la concesión a Aguakan, lo cual generó un amplio debate sobre la permanencia de la empresa en la región. Sin embargo, la concesionaria se mantiene operando.
A pesar de los intentos de Aguakan por justificar las fallas atribuyéndolas a “trabajos de mantenimiento” y “demandas inesperadas”, los usuarios continúan exigiendo soluciones reales. Las redes sociales se han convertido en un espacio para expresar el descontento, donde cada día se suman más testimonios de afectados que piden la cancelación del contrato de concesión de la empresa.
La situación es crítica, especialmente en un estado cuya economía depende del turismo y donde las interrupciones en el servicio de agua impactan no solo a los residentes, sino también a la infraestructura hotelera y de servicios, lo que podría tener repercusiones en la imagen del destino.
Por ahora, los ciudadanos permanecen atentos, mientras Aguakan promete mejorar su servicio. Sin embargo, la paciencia parece agotarse, y la presión social continúa creciendo para poner fin a las constantes fallas que afectan la calidad de vida en el norte de Quintana Roo.