Una vez mĂĄs, la presidenta municipal de Benito JuĂĄrez, Ana Patricia Peralta, quedĂł en el centro de la polĂ©mica al abandonar el recinto legislativo durante la sesiĂłn solemne por el 51 aniversario de la creaciĂłn del estado, tras ser cuestionada por reporteros sobre sus presuntos vĂnculos con el grupo criminal âLa Barredoraâ y por las observaciones millonarias de la AuditorĂa Superior de la FederaciĂłn.
La alcaldesa evitĂł dar declaraciones sobre el tema y optĂł por salir apresuradamente rumbo a una camioneta que la esperaba en el estacionamiento, en medio de reclamos y preguntas sin respuesta.
Los señalamientos, publicados en medios nacionales, apuntan a supuestos nexos entre Peralta y su esposo, Lucio Lasta Abraeu, con el cĂĄrtel encabezado por HernĂĄn BermĂșdez Requena, ex secretario de Seguridad PĂșblica de Tabasco, actualmente detenido por delitos de asociaciĂłn delictuosa, extorsiĂłn y secuestro.
AdemĂĄs de las acusaciones de vĂnculos criminales, la gestiĂłn de Peralta enfrenta observaciones por mĂĄs de 291 millones de pesos detectadas por la AuditorĂa Superior de la FederaciĂłn, relacionadas con la concesiĂłn del alumbrado pĂșblico y la compra de combustible, dos de los contratos mĂĄs cuestionados por la ciudadanĂa por su falta de transparencia.
Pese a ello, la presidenta insiste en que âtodo ha sido aclaradoâ, aunque los documentos oficiales aĂșn no reflejan la solventaciĂłn de las irregularidades.
En un municipio golpeado por la violencia, la corrupciĂłn y la falta de servicios bĂĄsicos, la imagen de Ana Patricia Peralta parece deteriorarse aceleradamente. Mientras tanto, los ciudadanos exigen respuestas claras y no silencios incĂłmodos ante los posibles vĂnculos de su gobierno con estructuras criminales que han infiltrado diversos niveles de poder en Quintana Roo.