Al concluir la labor de la decimoséptima Legislatura del Congreso de Quintana Roo, las declaraciones patrimoniales revelan un sorprendente crecimiento en las fortunas de algunas diputadas salientes.
Destaca el caso de la diputada suplente Laura Elena Corrales Navarrete, quien no cumplió con la obligación de presentar su declaración patrimonial completa. En la plataforma de Transparencia, solo se registra su último cargo como analista profesional especializado en la Secretaría de Gobierno del Estado, dirigida por Cristina Torres Gómez. Ahí, Corrales declaró ingresos anuales netos de 1.5 millones de pesos, lo que equivale a 125 mil pesos mensuales.
Por otro lado, la diputada María José Osorio Rosas, quien ingresó a la decimoséptima Legislatura por la vía proporcional y recientemente ganó el Décimo distrito para formar parte de la décima octava, reportó un notable incremento en sus ingresos. Inicialmente, declaró percibir 401 mil 592 pesos anuales, pero al finalizar su primer periodo como diputada, sus ingresos ascendieron a 1.5 millones de pesos al año. De estos, 324 mil 116 pesos provienen de su labor legislativa, mientras que 1.2 millones corresponden a sus ingresos como empresaria, un rol que no desempeñaba antes de asumir el cargo.
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Lo que resulta llamativo es que, al inicio de su mandato, Osorio Rosas no contaba con otros ingresos, propiedades, vehículos ni cuentas bancarias. Sin embargo, al concluir su periodo, ya registra ingresos adicionales como empresaria, aunque continúa sin declarar propiedades, vehículos o cuentas bancarias.
En contraste, Laura Corrales asegura poseer diversas cuentas de ahorro, una de ellas en el extranjero, y tres propiedades, la primera de las cuales fue una donación recibida en 1999, según se detalla en su declaración patrimonial.