Con un rezago de más de 180 mil toneladas de caña cosechadas, la producción de azúcar en Quintana Roo enfrenta uno de sus peores momentos en la historia. Los principales factores del desplome de esta industria agropecuaria son la escasez de mano de obra, el cambio climático, la floración prematura y el incremento en cosos de producción e insumos.
La afectación económica rebasa ya los 150 millones de pesos porque, además, el rendimiento de azúcar por tonelada de caña no ha sido la esperada, de acuerdo con Benjamín Gutiérrez Reyes, presidente de la Asociación Local de Productores de Caña de Azúcar.
La cosecha 2022-2023, la clasifica como una de las peores en la historia de la caña de azúcar en el Caribe Mexicano. En 90 días únicamente se han logrado 600 mil toneladas de caña, de un millón 900 mil programadas. La fecha límite es el 30 de mayo de 2023.
“El cambio climático ha provocado, además del retraso en la cosecha, un retroceso en el estimado, ya que se vino abajo, y posiblemente solo haya en campo cerca de un millón 700 mil toneladas, debido al bajo rendimiento que están presentando las parcelas de caña de azúcar por exceso de lluvia que se presentó antes y después del inicio de la cosecha el año pasado 10 de noviembre que impidieron el buen desarrollo de la vara”, abundó.
Ante la falta de mano de obra, la situación se complica aun más. De los 2 mil 800 cortadores contratados inicialmente solo quedan cerca de mil 500. Muchos abandonaron la zafra para laborar en los distintos tramos del Tren Maya, pues reciben mayor remuneración económica, por menor tiempo de trabajo.
“Se les paga, lo más que se puede, 60 pesos la tonelada, aparte 10 pesos al final de la zafra y si rebasan las 700 toneladas durante la cosecha se le bonifica 10 pesos más, esto con la finalidad de retenerlos, pero no es suficiente”, dijo.
El presidente de la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar (ULPCA), Evaristo Gómez Díaz espera la reacción inmediata de las autoridades estatales, que abandera la gobernadora Mara Lezama, además de la federación a cargo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Asegura que la situación es difícil desde mediados del año pasado, pues ante el incremento en el precio de los insumos, una gran cantidad de productores ya no invirtieron en fertilizantes.
A la fecha, el costo de los combustibles es un problema que los “ahorca”, a diario, especialmente porque las condiciones de suelo hacen que la maquinaria ejecute mayores maniobras. En aras de subsanar la falta de mano de obra se trata de implementar la cosecha mecanizada, aunque desde hace mucho tiempo no reciben apoyo de maquinaria.
Aunado a ello, las condiciones de los caminos que sacan cosecha que están totalmente arruinados. Los productores desembolsan recursos propios para poder arreglarlos con el objetivo de tratar que la gramínea llegue a la fábrica de azúcar.
De acuerdo con las estimaciones, no se ha podido lo convenido con el ingenio San Rafael de Pucté. El compromiso son 9 mil 800 toneladas al día, pero solo se entregan entre 6 mil y siete mil toneladas diariamente.
Dichas condiciones han orillado a que los miembros del Comité de Producción y Calidad Cañera realicen vigilancia en campo para vigilar el corte y lograr que el KARBE (Kilogramo de Azúcar Recuperable Base Estándar) suba.
Actualmente apenas han logrado 96.400 puntos debido a las lluvias. La zafra 2021-2022 cerró con un KARBE de 113.204. Este 2023 ven complicado llegar a los mismos números, y están preocupados porque la mayoría de los tres mil productores terminen la zafra en número rojos.