El 8 de marzo es una fecha conmemorativa, ya que en México y todo el mundo se conmemora el Día Internacional de la Mujer en donde muchas mujeres salen a las calles usando los colores relacionados a la lucha feminista: morado, verde y rosa, para pedir un alto a la violencia, feminicidio y exigir igualdad entre hombres y mujeres.
Y aunque años atrás se creía que en el Día Internacional de la Mujer era una fecha para hacer obsequios a las mujeres, esta ideología ha cambiado, y que representa un momento de reflexión sobre los avances alcanzados, los desafíos pendientes y la necesidad de continuar promoviendo la igualdad de género.
Por esta razón es importante que los hombres reconozcan cómo sus acciones y palabras pueden impactar en este día y sepan que no deben realizar en el 8M.
El Día Internacional de la Mujer no es una festividad como un cumpleaños o el Día de la Madre; es un día de lucha y reivindicación. Felicitar a las mujeres en esta fecha puede ser interpretado como una simplificación de su profundo significado, ignorando las verdaderas razones de la conmemoración.
En lugar de felicitar, es más adecuado reconocer la importancia de la fecha y mostrar apoyo a las causas que se defienden.
Regalar flores o cualquier tipo de presente en el Día Internacional de la Mujer puede ser interpretado como un intento de embellecer o desviar la atención de las verdaderas problemáticas que enfrentan las mujeres.
Este gesto, aunque bienintencionado, puede trivializar la lucha feminista. Es esencial entender que el 8M es para reconocer la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades, no para hacer obsequios.
Los hombres pueden mostrar su apoyo involucrándose en conversaciones sobre igualdad de género, educándose sobre los desafíos que enfrentan las mujeres, y apoyando movimientos que promueven un cambio social tangible.
Es crucial evitar actitudes que desacrediten, invaliden o minimicen las experiencias y narrativas de las mujeres. Cuestionar o rebatir sus testimonios sobre discriminación, acoso o violencia contribuye a perpetuar un ambiente de silencio y opresión.
Escuchar, creer y apoyar sus voces es fundamental para construir una sociedad más justa.
Las marchas y manifestaciones realizadas el 8M son expresiones legítimas de protesta y demanda por derechos igualitarios. Criticar estas acciones o considerarlas innecesarias es ignorar las injusticias que aún enfrentan las mujeres a diario.
Apoyar y respetar estas manifestaciones es una forma de contribuir positivamente al cambio social.
Proponer un Día del Hombre en respuesta al Día Internacional de la Mujer muestra una falta de comprensión sobre el propósito y la necesidad del 8M.
Este comentario minimiza la importancia de un día dedicado a combatir las desigualdades y violencias que sufren las mujeres.
En vez de proponer un día alternativo, es más constructivo reflexionar sobre cómo desmantelar las estructuras patriarcales y apoyar la lucha por la equidad.
Es importante que los hombres apoyen el movimiento feminista sin tratar de liderarlo o desviar la atención hacia sí mismos.
El protagonismo en estas instancias debe ser de las mujeres, ya que son ellas quienes han liderado esta lucha históricamente. Los hombres deben asumir un rol de apoyo, escuchando y amplificando las voces femeninas, en lugar de intentar tomar control o destacarse en las discusiones o eventos relacionados con el feminismo.
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