El oncólogo Bartomeu Masutti alerta que el consumo de vapeadores podría producir cáncer de pulmón en 15 años, igual que ocurre con el tabaco convencional.
Los nuevos productos de tabaco como los vapeadores cada vez se afianzan entre los adolescentes de 13 a 18 años, situación que preocupa a los especialistas ya que, aunque aún falta más evidencia científica, hay “datos suficientes” de que el vapeo “tiene el mismo impacto nocivo que el tabaco convencional” y, según apunta el oncólogo médico y el secretario científico del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), el doctor Bartomeu Masutti, el consumo de vapeadores podría producir cáncer de pulmón en 15 años, igual que ocurre con el tabaco convencional.
Por tanto, si los jóvenes empiezan a consumir cigarrillos electrónicos a los 15 años, podrían desarrollar un cáncer de pulmón a los 30-35 años. Aunque aún falta suficiente evidencia de este hecho, el doctor Masutti asegura que “todo apunta a que sí”.
“El tiempo de observación es corto todavía, pero no hay ningún dato que diga que esto no va a suceder”, explicó ante los medios de comunicación durante la entrega de Premios TikTok GECP este martes.
“Más de la mitad de los escolares de secundaria, un 54,6 por ciento, admite haber probado ya los cigarrillos electrónicos1. De seguir este ritmo, se convertirá en un producto de gran consumo entre los menores. En solo un año se ha incrementado su presencia un 23 por ciento”, añadió el jefe de Oncología del Hospital Doctor Balmis de Alicante, el doctor Bartomeu Masutti.
En este sentido, el doctor advierte que aunque “esta costumbre de consumo de tabaco por estas técnicas diferentes al consumo convencional es más reciente”, existen “datos suficientes” para decir que “tiene el mismo impacto nocivo que el consumo de tabaco convencional”.
“En relación a lo que es el cáncer de pulmón, que necesita un intervalo entre 15 y 20 años entre el consumo de tabaco y la aparición del cáncer de pulmón, todavía tenemos datos muy preliminares, pero tenemos datos más claros en otras enfermedades relacionadas con el tabaco que aparecen antes, con un periodo de exposición más temprano”, explica.
Detalla que el 85 por ciento de los casos de cáncer de pulmón podrían evitarse ya que existe una correlación clara entre el hábito tabáquico y el desarrollo de esta enfermedad.
“Hay una simetría absoluta entre las curvas de consumo del tabaco en el momento convencional de cigarrillos y la aparición entre 10 y 20 años después de cáncer de pulmón. Y son unas curvas absolutamente idénticas. ¿Esto se va a producir con los cigarrillos electrónicos o los vapeadores? Todo apunta que sí”, agrega el experto.
“Este cambio del consumo de tabaco, sobre todo en la población adolescente, puede tener, si no lo evitamos, consecuencias muy negativas en términos de salud a medio plazo”, añade el secretario científico del GECP.
Según un análisis presentado durante la conferencia de investigación de cáncer de Estados Unidos, las personas que habían consumido tabaco convencional y vapeadores, “tenían un riesgo de cáncer de pulmón entre tres y cuatro veces mayor que los que habían consumido solamente tabaco convencional”, resalta el doctor Masutti.
“Estos dispositivos son la puerta de entrada a los productos tradicionales de tabaco. La industria está gestando una nueva generación adicta con estos nuevos productos más atractivos. Además, existe una falsa sensación de seguridad e inocuidad totalmente alejada de la realidad”, explica el doctor Masutti.
En este contexto, el nuevo Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, aprobado recientemente por el Ministerio de Sanidad, contempla la posibilidad de “equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la regulación del tabaco tradicional”, a pesar de la controversia que este punto ha ocasionado ya que algunos colectivos consideran que los vapeadores pueden ayudar a dejar de fumar.
En esta cuestión, el doctor Masutti ha afirmado que “debería ser totalmente equiparable” ya que es “un error” pensar que el consumo de vapeadores puede ayudar a deshabituar a los fumadores.
“Esto cada vez tiene menos evidencia y cada vez es más preocupante. Utilizar los cigarrillos electrónicos como una forma de deshabituación del tabaco yo creo que es un error. Hay que igualar el riesgo y el impacto negativo para la salud del consumo convencional de tabaco con las nuevas formas de consumo, específicamente con los vapeadores”, asegura el experto.
Además, los vapeadores suponen un riesgo añadido para la salud ya que su fabricación no está tan homogeneizada como la del tabaco y, por tanto, no se conocen exactamente las sustancias y “puede existir un riesgo”.
“También puede existir un riesgo inherente ya que la forma de consumo del vapeador hace que la penetración a través de los bronquios sea más fácil y llegue más lejos dentro de la tráquea que la aspiración simple mediante el cigarrillo convencional, es decir, el vapeador facilita probablemente una penetración en profundidad mayor”, añade el doctor.
Por su parte, la especialista en cáncer de pulmón en el Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y miembro del GECP, la doctora Virginia Calvo, ha apuntado que “hay motivos claros de preocupación respecto de la oncogenicidad potencial de los cigarrillos electrónicos con una sólida base científica básica y molecular”.
“Tenemos datos ya de que realmente no son inocuos, sino que sí que tienen riesgos, riesgos no solo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, sino probablemente a largo plazo de oncogenicidad y de riesgo de cáncer de pulmón, que todavía es pronto para poderlo decir, pero sí tenemos ya datos que nos pueden indicar que inocuos desde luego no son y que sí que pueden tener esos riesgos de oncogenicidad”, asegura la doctora Calvo, añadiendo que, aunque sean ‘sin nicotina’, muchos de ellos “sí tienen derivados de la nicotina, tienen aldeídos, tienen metales pesados, es decir, tienen carcinógenos, que son sustancias que pueden acabar dando lugar al desarrollo del cáncer”.
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