En un giro sorprendente, los argentinos han elegido a Javier Milei como su próximo presidente, un ferviente libertario de ultraderecha comparado con Donald Trump. Este resultado marca un cambio hacia la derecha en medio de la crisis económica que asola al país y subraya la persistencia de la extrema derecha a nivel mundial.
Milei, un economista con poca experiencia política pero una presencia audaz en la televisión, ha irrumpido en la tradicionalmente cerrada escena política argentina. Su estilo osado y propuestas extremistas, que abordan la economía y el gobierno, resonaron con un 56 por ciento de los votantes, derrotando al ministro de Economía de centroizquierda, Sergio Massa.
En su discurso de victoria, Milei arremetió contra la “casta” política, prometiendo el fin de la decadencia argentina. Sin embargo, extendió una rama de reconciliación, invitando a todos los argentinos y líderes políticos a unirse a la “nueva Argentina”.
Las propuestas de Milei, desde recortes en el gasto público hasta la posibilidad de adoptar el dólar estadounidense, han desafiado las normas establecidas. También ha abogado por posturas conservadoras, como la prohibición del aborto y medidas más laxas sobre la portación de armas, destacando su enfoque nacionalista al limitar los aliados a aquellos que compartan su lucha contra el socialismo.
La elección de Milei resuena en el contexto de un crecimiento global de la extrema derecha, respaldado por líderes como Trump y Bolsonaro. La victoria de Milei ha atraído la atención internacional, con Elon Musk expresando optimismo sobre el futuro económico de Argentina.
En medio de esta conmoción política, queda por ver cómo las visiones audaces de Milei se traducirán en acciones concretas. Su llamado a una “nueva Argentina” plantea desafíos y oportunidades, dejando al país y al mundo observando el curso de este inesperado capítulo en la historia política argentina.
Con información de The New York Times