Los cuerpos de dos adolescentes, uno de nacionalidad británica y su novia tailandesa, fueron hallados en un bosque del país asiático después de haber sido asesinados por un narcotraficante y delincuente sexual local con el que presuntamente trabajaban, de acuerdo con medios británicos y cuyo caso ha generado conmoción en ambos países.
Los restos de Woramet Ben Taota —cuyo padre es británico y tiene la doble nacionalidad—, de 16 años, y una de sus novias, Suraphltchaya Khamsa de 15 años, fueron localizados en diferentes fechas en una zona boscosa cerca de la casa del traficante de drogas, identificado como Chaiwat Boongarin (44 años). El cuerpo del joven fue hallado el lunes, mientras que el de su pareja fue hasta este sábado.
Habían sido vistos por última vez el pasado sábado (6 de mayo) en una motocicleta tras haber visitado al abuelo de Suraphltchaya en la localidad de Lampang. Ambos dejaron a otra de las novias de Ben, identificada solamente como Yam, durante la noche, la segunda chica en cuestión fue localizada inmediatamente.
Los oficiales entrevistaron a la madre de Ben, Ooy Taota, le dijo a la policía que su hijo se había despedido de ella el sábado por la noche y que solo “iba a trabajar con amigos”, pero no les dio más detalles.
El mayor general de policía de Lampang, Mongkol Sampawapol, dijo que ambos traficaban metanfetaminas, pero que habían robado un envío y provocó una discusión. Las autoridades estimaron que Suraphltchaya se había coludido con Chaiwat para tenderle una trampa a Ben. El traficante reconoció haber asesinado al joven británico, pero niega que haya matado a la chica.
“El (presunto) asesino estaba enojado porque creía que Ben guardaba drogas para él y sus novias, por lo que golpeó a la víctima con un palo varias veces hasta que murió”.
Ben tenía heridas graves en la cabeza y cortes en la cara a raíz de los golpes proporcionados por Chaiwat, y fue abandonado su cuerpo a 4.8 kilómetros de la casa del narcotraficante. Por su parte, los restos de Suraphltchaya fueron hallados en ese mismo bosque, pero cercanos a una carretera. Sus padres y abuelos identificaron el cuerpo en la escena por los frenos que tenía en los dientes y las joyas que llevaba puestas.
Su padre, Steve Graham, al enterarse de la muerte de su hijo, partió inmediatamente desde su casa en Eastbourne —una ciudad costera en el sur de Inglaterra— hacia Tailandia, donde se enfrentaría directamente con el asesino de su hijo e insultándolo mientras los policías detenían a Cahiwat.
“¡Escoria, mírame, mírame a los ojos!, c@6&0n ¡Quítale la máscara! ¡Quiero verle la cara! ¡Eres un cobarde! ¡Mírame maldito!”, lo gritó, diciendo que su deseo era ‘estrangularlo’ “¡Espero que te pudras en el infierno!”
Los padres de Ben se mostraron desconsolados por su muerte. La policía tailandesa aún no determina la situación jurídica del traficante de drogas y agresor sexual, sin embargo, en caso de ser hallado culpable de la muerte de los dos jóvenes y por tráfico de drogas podría se condenado a la pena de muerte.
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