El gobierno de Emmanuel Macron desplegará a 40 mil policías para contener las protestas violentas derivadas de la muerte de un joven a manos de un agente en Nanterre, cerca de esta capital.
Las ciudades de Clamart, en la región parisina, y Compiègne, a unos 70 kilómetros al norte de la capital, decretaron un toque de queda nocturno que durará hasta el próximo lunes.
Después de dos días de movilizaciones, 180 personas han sido detenidas. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, reportó que 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.
“El recogimiento, la justicia y la calma deben guiar las próximas horas”, expresó Macron en su cuenta de Twitter, luego de una reunión de emergencia en la que convocó al gabinete.
Las protestas estallaron después de que Nahel, un joven de 17 años, recibió un disparo en el pecho en un retén policial, tras la detención de su vehículo. El agente responsable aseguró que actuó en defensa propia. Sin embargo, la justicia decretó ayer prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía de 38 años sospechoso de haber disparado, indicó la fiscalía.
Este caso suma una crisis social más al gobierno de Macron, luego de que en abril miles salieron a las calles para manifestarse contra la ley de retiro.
El gobierno de Macron ha sido blanco de protestas sociales.
En 2018, miles se manifestaron contra medidas económicas.
A estos inconformes se les llamó “chalecos amarillos”.
En abril pasado, hubo marchas por la reforma a pensiones.
Ésta subió la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
El agente responsable aseguró que actuó “en defensa propia”.
Sin embargo, la justicia decretó ayer prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía de 38 años sospechoso de haber disparado, indicó la fiscalía.
“Las primeras palabras que pronunció eran para pedir perdón y las últimas palabras que pronunció eran para pedir perdón a la familia de la víctima”, declaró Laurent-Franck Liénard, abogado del agente.
“No quiso matar”, añadió.
“No culpo a la policía, culpo a una persona: la que quitó la vida a mi hijo”, declaró al canal France 5 Mounia, la madre de Nahel, en su primera entrevista desde los hechos.
La mujer se unió a un contingente en Nanterre, a 30 kilómetros de París.
“El policía vio un rostro árabe, un pequeño muchacho, y quiso arrebatarle la vida”, agregó la mujer, quien encendió una bengala.
Esa movilización terminó con choques con la policía y disturbios.
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