Hombres armados secuestraron al menos a 15 alumnos de una escuela del estado nigeriano de Sokoto, al noroeste del país, en un asalto al amanecer del sábado, dijeron el propietario de la escuela y un residente.
El secuestro sucede tan solo dos días después de que una banda secuestró a unos 300 estudiantes en el estado septentrional de Kaduna.
Los pistoleros entraron por la fuerza en las instalaciones de la escuela, en la aldea de Gidan Bakuso, en Sokoto, y empezaron a disparar esporádicamente, despertando y causando el pánico entre los estudiantes, que corrieron a refugiarse, dijo el propietario de la escuela, Liman Abubakar Bakuso.
“Consiguieron secuestrar a 15 de mis alumnos, los mayores de 20 y 15 años, pero todos los demás tienen menos de 13 años”, declaró Bakuso por teléfono, añadiendo que también habían secuestrado a una mujer.
“Estamos en estado de pánico y hemos rezado mucho por su liberación”, declaró.
Los secuestros en escuelas de Nigeria fueron llevados a cabo por primera vez por el grupo yihadista Boko Haram, que secuestró a más de 200 estudiantes de una escuela de niñas en Chibok, en el estado de Borno, hace una década, provocando la indignación mundial.
Pero la táctica ha sido adoptada desde entonces por bandas criminales sin afiliación ideológica que buscan el pago de rescates, según las autoridades.
Las fuerzas de seguridad nigerianas no dan abasto luchando contra la insurgencia islamista en el noreste del país, lo que deja vastas extensiones de terreno sin vigilancia y permite a las bandas armadas campar a sus anchas.
En Kaduna, el gobernador del estado dijo a la BBC que al menos 28 de los escolares secuestrados a principios de esta semana habían logrado escapar de sus captores.
Hasta el secuestro del jueves en Kaduna, Nigeria había sido testigo de una tregua en los secuestros masivos de escuelas desde julio de 2021, cuando unos 150 estudiantes fueron secuestrados por hombres armados.
Los secuestros en Nigeria han alcanzado niveles alarmantes, con un aumento en los casos durante los últimos años. Grupos criminales, como Boko Haram y bandas armadas, perpetran estos actos, apuntando a civiles, estudiantes y trabajadores humanitarios. Se han registrado numerosos secuestros masivos de estudiantes, generando preocupación nacional e internacional.
La falta de seguridad y la debilidad del sistema judicial han contribuido a la impunidad de los secuestradores. Estos incidentes no solo amenazan la estabilidad del país, sino que también socavan el acceso a la educación y el desarrollo socioeconómico. Se necesita una respuesta urgente y coordinada para abordar esta crisis en Nigeria.
Con información de Reuters.
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