En una trágica desgracia en el Mar Amarillo, los valientes tripulantes de un submarino nuclear chino se encuentran en una situación desesperada. Quedaron atrapados en una ingeniosa trampa marina, originalmente destinada para capturar naves subacuáticas estadounidenses y aliados, pero que ahora se ha convertido en su tumba acuática.
Se teme que más de 50 marineros chinos, incluidos 22 oficiales de la Armada, han perdido la vida en este fatídico incidente, según un informe confidencial del Reino Unido.
A pesar de la magnitud de la tragedia, las autoridades chinas han negado vehementemente los hechos, incluso rechazando la ayuda internacional que se les ha ofrecido, como revela el periódico Daily Mail en su revelación exclusiva.
El informe británico detalla un evento catastrófico ocurrido el 21 de agosto, cuando el submarino chino, el EPL 093-417, chocó con una trampa marina compuesta por cadenas y anclas.
Este impacto desencadenó una serie de fallos en los sistemas del submarino, incluyendo el suministro de oxígeno. Durante seis angustiosas horas, los valientes marineros chinos intentaron desesperadamente reparar los sistemas para resurgir a la superficie, pero sus esfuerzos fueron en vano.
La causa de estas presuntas trágicas muertes se atribuye a la hipoxia, resultado del fallo en los sistemas de oxígeno del submarino. Un experto en submarinos afirmó que este escenario es plausible, dado que el submarino quedó atrapado en la red y las baterías se agotaron, lo que llevó a la falla de los purificadores y sistemas de aire. En consecuencia, el aire vital se agotó, dejando a los marineros sin posibilidad de respirar, causándoles una asfixia mortal.
Este sombrío episodio ha conmocionado al mundo, suscitando preguntas sobre la seguridad de las misiones submarinas y la necesidad de una mayor transparencia en asuntos marítimos internacionales.
En medio del luto y la consternación, se espera que esta tragedia arroje luz sobre la importancia de la cooperación internacional para evitar futuras catástrofes marinas.