La muerte de Kshamenk, la última orca que permanecía en cautiverio en Argentina, cierra una historia que durante más de tres décadas generó conmoción, controversia y un profundo debate social. Ayer domingo 14 de diciembre se dio a conocer el fallecimiento de la orca de 33 años que vivió en cautiverio 30 años de su vida en el parque Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú, a causa de un paro cardiorrespiratorio, informó la institución.
Kshamenk llegó al parque en 1992, cuando tenía apenas casi tres años, luego de quedar varada en la bahía de Samborombón, fue encontrado solo y en grave estado de salud, y luego de varios intentos fallidos de reinserción al mar, las autoridades de ese país autorizaron su traslado al parque para recibir atención intensiva. Desde entonces, pasó toda su vida en cautiverio.

A lo largo de esos años, la orca recibió asistencia veterinaria permanente, soporte nutricional y monitoreo constante, además se trabajó sobre el estrés que presentaba el animal. Sin embargo, especialistas en comportamiento animal señalaron reiteradamente que las orcas dependen durante años de sus madres y viven en estructuras sociales complejas, lo que vuelve especialmente dañino el aislamiento prolongado.
Tras la muerte de Belén, la orca con la que compartía tanque, en el año 2000, Kshamenk vivió completamente solo durante más de 25 años. De acuerdo a lo señalado, el espacio en el que habitaba también fue motivo de críticas. El tanque tenía apenas 12 metros de largo, una dimensión mínima si se considera que las orcas pueden medir entre 6 y 9.5 metros y recorrer decenas de kilómetros por día en libertad.

Además se suma la utilización en espectáculos y su explotación reproductiva: entre 2011 y 2014 se le extrajeron más de 100 muestras de semen, algunas vendidas a parques internacionales para la reproducción forzada de orcas en cautiverio. Por lo que en los últimos años, su situación se transformó en un símbolo del debate sobre el cautiverio de cetáceos. Activistas impulsaron campañas y proyectos de ley para trasladarlo a un santuario marino, iniciativas que no prosperaron antes de su muerte.
Aunque algunos destacan su “longevidad”, lo cierto es que en libertad los machos de orca pueden vivir hasta 70 años.
La permanencia del animal en cautiverio motivó manifestaciones de distintos sectores sociales que se opusieron a su estadía en el parque. Activistas, ONG y especialistas impulsaron acciones legales y promovieron la llamada #LeyKshamenk, un proyecto que busca prohibir el cautiverio de cetáceos en Argentina. La iniciativa tuvo visibilidad nacional con su presentación formal en el Congreso, incluyendo su tratamiento en comisiones parlamentarias en el año 2023.
💔 #Entérate Video: Adiós a Kshamenk, la histórica orca que vivió en cautiverio 30 años
— Playaaldia (@playaaldia) December 15, 2025
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El evento en la cámara Baja congregó a legisladores, ONGs, activistas y especialistas en derecho animal. La ex diputada Natalia Souto, impulsora del proyecto, y la jueza Elena Liberatori participaron del debate. Liberatori, referente por haber logrado la liberación de la orangutana Sandra en el pasado, señaló:
“Mantener a un animal privado de su libertad, es decir, que se propenda a la naturalización de su cautiverio, de su prisión, estando confinados, en soledad, sin poder compartir su vida con otros seres de su misma especie, con conductas de estrés, estereotipias, expuestos a sonidos extremos, a todas las acciones de crueldad hacia ellos, seres majestuosos de los océanos, mamíferos muy inteligentes, autónomos, socialmente complejos, con lenguajes y ritos como el duelo”.






