La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha despejado las dudas sobre su lugar de residencia durante su mandato 2024-2030. Tras su toma de protesta el pasado 1 de octubre, la posibilidad de su mudanza al Palacio Nacional había generado muchas especulaciones entre los ciudadanos. En la conferencia matutina del 10 de diciembre, Sheinbaum aprovechó su participación en la «Mañanera del Pueblo» para confirmar que ya se ha instalado en la residencia oficial y compartir sus planes para las festividades decembrinas.
Antes de asumir el cargo, Sheinbaum había indicado que su mudanza al Palacio Nacional sería pospuesta debido a la salida de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien necesitaba tiempo para organizar su traslado. Además, su contrato de vivienda vigente hasta diciembre de 2024 también condicionaba la fecha de su cambio de residencia.
Durante su intervención, la presidenta reveló que recientemente se mudó al Palacio Nacional junto a su esposo, Jesús María Tarriba, marcando un momento significativo para su presidencia. «Hace unos días nos mudamos, mi esposo y yo, entonces vamos a pasar aquí las Navidades y el Año Nuevo. Espero poderlo celebrar con la familia», expresó.
El Palacio Nacional, cargado de historia, ha sido la residencia oficial desde la administración de López Obrador. Aunque en el pasado se discutió la posibilidad de regresar a Los Pinos o al Castillo de Chapultepec, Sheinbaum optó por seguir habitando un espacio más íntimo dentro del recinto histórico.
El área habilitada para la presidenta tiene una extensión de 300 metros cuadrados e incluye dos habitaciones, un estudio, cocina, sala y comedor. Este espacio fue diseñado para ofrecer funcionalidad sin alterar los corredores y elementos históricos del Palacio.
Entre las primeras visitas que recibió Sheinbaum en su nuevo hogar estuvo la de su nieto, con quien espera pasar las festividades. Este gesto refleja la importancia que la presidenta otorga a la cercanía familiar, incluso en medio de sus responsabilidades como jefa de Estado.
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«Vivir aquí, en el Palacio Nacional, es una experiencia única, pero también quiero aprovechar el tiempo para estar con mi familia», destacó, subrayando su intención de equilibrar el trabajo con los momentos personales.
La decisión de Sheinbaum de permanecer en el Palacio Nacional refuerza los principios de austeridad y preservación histórica que caracterizan a la Cuarta Transformación. Al rechazar opciones como Los Pinos o Chapultepec, la presidenta reafirma su compromiso con el legado de López Obrador y su enfoque en la funcionalidad sin ostentación.
La mudanza de Claudia Sheinbaum al Palacio Nacional simboliza no solo un nuevo capítulo en la historia presidencial de México, sino también su visión de gobierno basada en el ahorro, la austeridad y la preservación de los símbolos históricos. Durante su sexenio, el Palacio no será solo su hogar, sino también un lugar central para las decisiones que marcarán el futuro del país.
