Joaquín Guzmán López, alias “El Güero” e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable este lunes en una Corte Federal de Illinois, donde aceptó cargos relacionados con narcotráfico, crimen organizado y su presunta participación en la captura de Ismael “El Mayo” Zambada.
De acuerdo con autoridades estadounidenses, Guzmán López se entregó voluntariamente a finales de julio de 2024. Tras su entrega, la Fiscalía lo acusó de coordinar operaciones ilícitas vinculadas con el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y de colaborar con una red criminal de alcance internacional.
La defensa confirmó que “El Güero” admitió haber intervenido directamente en los hechos que llevaron a la captura de El Mayo, al trasladarlo engañado a territorio estadounidense mediante el uso de una aeronave.
Según documentos judiciales, agentes federales detuvieron tanto a Guzmán López como a Zambada García el 25 de julio de 2024, cuando ambos descendieron de un avión en Estados Unidos, como parte de un operativo coordinado por diversas agencias.
Posteriormente, El Mayo declaró que fue citado con engaños en un rancho de Sinaloa y que, tras esa reunión, fue obligado a abordar una avioneta que lo llevó a EU, donde quedó bajo custodia federal.
Los registros también señalan que Guzmán López participó en distintas actividades del Cártel de Sinaloa y que incluso habría contribuido en la operación que permitió la fuga de su padre del Penal del Altiplano en 2015, lo que mantuvo su vínculo con la estructura criminal hasta su captura.
La acusación incluye a sus hermanos Ovidio, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo —los llamados “Chapitos”— quienes, entre 2008 y 2021, presuntamente coordinaron el traslado de cocaína, heroína, metanfetamina y mariguana hacia Estados Unidos, bajo el liderazgo de Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García.
La Fiscalía afirmó que Guzmán López obtuvo ganancias millonarias por su participación en tráfico de drogas, lavado de dinero y posesión de armas, por lo que enfrenta cargos por conspiración e integración de una empresa criminal continua.
Tras estas capturas, autoridades mexicanas registraron un repunte de violencia en Sinaloa en septiembre de 2024, con enfrentamientos entre Los Chapitos y Los Mayitos por el control de territorios estratégicos. En México, los primeros siguen bajo investigación por su presunta dirección de operaciones de producción y tráfico de drogas sintéticas hacia Estados Unidos.






