El reciente nombramiento de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para el periodo 2024-2029 ha provocado intensas reacciones en el ámbito político mexicano. A pesar de no figurar entre los cinco mejores evaluados para el cargo, su reelección fue aprobada el 13 de noviembre por el Senado con 87 votos a favor de un total de 127.
La decisión ha sido severamente cuestionada por el Partido Acción Nacional (PAN) y diversas organizaciones de derechos humanos, quienes critican la falta de independencia y objetividad de su gestión.
En su primer acto como líder nacional del PAN, Jorge Romero Herrera mostró su desacuerdo llevando coronas fúnebres a la sede de la CNDH, señalando que el gobierno de Morena ha traicionado a las víctimas y defensores de derechos humanos. A través de sus redes sociales, Romero calificó la reelección de Piedra como un acto que “desampara” a periodistas, activistas y madres buscadoras en su lucha por justicia.
“Morena no está con las víctimas, sino con sus intereses políticos”, denunció Romero en un mensaje publicado en X (antes Twitter).
La reelección también ha generado descontento entre organizaciones civiles que han cuestionado la cercanía de Piedra Ibarra con el gobierno de López Obrador, acusándola de respaldar políticas oficiales y comprometer la autonomía de la CNDH.
Por otro lado, Claudia Sheinbaum, presidenta de la Ciudad de México, respaldó la decisión del Senado, aunque trascendió que su preferencia era Nashieli Ramírez Hernández, quien encabezó la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX.
En respuesta, el PAN anunció que llevará este caso a instancias internacionales para denunciar lo que considera una violación a la independencia de la CNDH. Además, iniciará una campaña informativa para evidenciar las deficiencias de la actual gestión.
Líderes panistas como Santiago Taboada y Ricardo Anaya se han unido al esfuerzo de Romero, comprometiéndose a presionar a nivel nacional e internacional para recuperar la autonomía de la Comisión.
La misión de la CNDH es ser un contrapeso frente al poder gubernamental y defender los derechos humanos de los ciudadanos. Sin embargo, su aparente alineación con el gobierno ha minado la confianza de quienes buscan justicia frente a abusos de poder.
En este contexto, la postura de Jorge Romero y del PAN refleja un intento de subrayar la importancia de una CNDH independiente, capaz de garantizar los derechos humanos en México.
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