En su esfuerzo por devolver a México a una época de autosuficiencia alimentaria, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha lanzado un nuevo plan agrícola inspirado en las políticas de la década de 1980. El martes, Sheinbaum anunció la reactivación de las tiendas gubernamentales que, aunque en su momento se consideraban obsoletas, serán clave en su estrategia para aumentar la producción de alimentos básicos como frijol y maíz.
Las tiendas gubernamentales de los años 80, conocidas por vender productos esenciales a precios accesibles, son el eje central de este nuevo plan. “Es producir lo que consumimos”, afirmó Sheinbaum, subrayando que la autosuficiencia alimentaria es una de sus prioridades para reducir la dependencia de las importaciones. La presidenta también destacó que estas tiendas no solo serán modernizadas, sino que ofrecerán productos clave como frijol, maíz, café y chocolate.
El nuevo plan alimentario de Sheinbaum pone un enfoque particular en el frijol y el maíz, dos pilares fundamentales de la dieta mexicana. “Es mucho mejor comer un taco de frijoles que una bolsa de papas”, expresó la presidenta, dejando claro que su gobierno impulsará la producción local de estos alimentos. La meta es incrementar la producción de frijoles en un 30% en los próximos seis años, reduciendo así las importaciones.
El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, señaló que también se buscará garantizar precios competitivos para los agricultores, especialmente para el maíz, principal ingrediente de las tortillas. Esta medida también pretende reducir el costo de las tortillas, cuyo precio ha aumentado significativamente en los últimos años. Se espera una disminución del 10% en el precio de este alimento básico.
El declive en el consumo de frijoles y tortillas
Aunque Sheinbaum apuesta por reactivar el consumo de productos básicos, la realidad actual es diferente. Según el “Panorama Agroalimentario 2024”, el consumo de frijoles ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. En los años 80, los mexicanos consumían 16 kilogramos de frijoles al año, mientras que en 2024 esa cifra se ha reducido a 7.7 kilogramos. Este declive está relacionado con la percepción de que el frijol es “comida de pobres”, una idea que la investigadora Amanda Gálvez considera errónea, ya que los frijoles son una excelente fuente de proteína.
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El consumo de tortillas también ha disminuido, pasando de 100 kg per cápita en el año 2000 a 75 kg en la actualidad. En cambio, muchos mexicanos han optado por productos de panadería, lo que refleja un cambio en las preferencias alimentarias que podría dificultar los esfuerzos del gobierno.
¿Será efectivo este plan?
A pesar de los desafíos, Sheinbaum está convencida de que revivir las políticas alimentarias de los años 80 es la clave para lograr la soberanía alimentaria en México. El plan también incluye el impulso a la producción de café y cacao, aunque se enfocará en el café instantáneo y el chocolate en polvo, productos que aún tienen alta demanda en los hogares mexicanos.
En un contexto donde la globalización ha transformado los hábitos alimentarios de los mexicanos, el reto será cambiar la mentalidad y los hábitos de consumo para volver a valorar los alimentos tradicionales como el frijol y la tortilla.