A los pies de la Virgen de Zapopan, Luz Raquel Padilla Gutiérrez recibió el último adiós de familiares y amigos. Luz, como se le conocía, murió el martes tras haber sido golpeada y quemada por desconocidos en un suceso que se investiga como feminicidio y por el cual hay un hombre detenido.
El majestuoso templo dedicado a la virgen, recibió los restos de Luz Raquel y el dolor y la indignación de familiares, compañeros activistas en la lucha por cuidar a seres queridos (Luz se dedicaba a velar por su hijo, de 11 años, con una condición de autismo), y personas que se acercaron a expresar su indignación por el cruel asesinato.
En punto de las 12:00 horas se llevó a cabo la celebración eucarística de cuerpo presente organizada por el Colectivo Yo Cuido México, en colaboración con la madre de la víctima. Las integrantes del colectivo destacaron por llevar todas una playera morada con la leyenda #YoCuido. El ataúd de Luz llegó al templo y de inmediato su retrato y ramos de flores lo cubrieron para entrar al recinto.
Terminada la misa, entre llantos, se le dijo adiós a Luz Raquel lanzando palomas blancas como símbolo de paz, y gritos de “justicia” por parte de la Organización Yo me Cuido. El sepelio se realizó alrededor de las 13:30 horas en el cementerio Altagracia, del municipio zapopano. Para esa ceremonia fue solicitada privacidad. Al panteón entró únicamente un grupo de aproximadamente 30 personas, entre ellas su madre, hermana, hijo, amigos cercanos e integrantes del colectivo Yo Cuido México.
Previo al entierro se dio un minuto de silencio, mientras el féretro era custodiado por sus familiares cercanos y representantes principales del colectivo, quienes nuevamente lanzaron palomas al aire, como símbolo de paz y el descanso eterno de su alma.