Fe, devoción, esperanza, cariño, consuelo, emoción, compasión, ilusión y agradecimiento son algunos de los sentimientos que miles de mexicanos y peregrinos experimentaron al llegar a la casita de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.
Interminables ríos de personas de todos los rincones de México y el extranjero abarrotaron la Calzada de Guadalupe y el atrio de Las Américas durante los últimos días y horas para participar de las tradicionales mañanitas a la Virgen en el 491 aniversario de sus apariciones a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac.
Jóvenes, ancianos, hombres, mujeres, niños y niñas cansados, hambrientos, con sueño, sed y frío pero con mucha emoción disfrutaron de la fiesta que, luego de más de dos años de pandemia por covid-19, permitió un festejo sin restricciones sanitarias y que se quedarán a dormir en el atrio del santuario mariano más visitado de toda América, centenares de peregrinos con improvisadas casas de campaña.
De acuerdo con el reporte de las 23:00 horas de la alcaldía Gustavo A. Madero, más de un millón 191 mil peregrinos habían arribado ayer a la Basílica de Guadalupe, y se contabilizó un acumulado de 3.4 millones desde octubre pasado, cuando inicia la temporada de visita a al virgen.
Se había reportado saldo blanco, aunque ya se habían ofrecido mil 326 atenciones médicas, 3 personas detenidas, mil personas alojadas en la Casa del Peregrino, 70 vehículos estacionados y mil 666 bicicletas en el bici puerto. Se habían recolectado 548 toneladas de basura y distribuido 117 mil 850 litros de agua potable.
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