Para muchas sociedades del mundo, el 31 de diciembre es una de las fechas más importantes del calendario porque representa el fin del año y además, el cierre de todas las experiencias, buenas y malas, que vivimos a lo largo de los 12 meses anteriores.
Común en este tipo de eventos simbólicos, el ritual más difundido en México y en otras partes del mundo para hacer más especial este solemne día es la tradición de comer 12 uvas al son de las mismas 12 campanadas que anuncian el fin del año viejo y el inicio del año nuevo, pero muy poca gente sabe realmente cuál es el significado de esto y cuál es su origen, pero a continuación haremos un breve recuento histórico de esta bonita costumbre nacida en España.
La tradición indica que cada uva representa un deseo que se espera cumplir durante los siguientes 12 meses del nuevo año. De preferencia, esto debe hacerse simultáneamente a las campanadas que se suelen escuchar en iglesias, edificios que cuenten con una campana o más recientemente, las que suenan en la radio o televisión para anunciar el cierre y el inicio del año.
¿Cuál es el origen de la tradición?
Como tal no se sabe con precisión cuál es el origen exacto de comer las 12 uvas, pero algunas fuentes indican que en España, en 1909, una abundante cosecha de esta fruta obligó a los productores a encontrar una manera fácil de vender el producto para que no se desperdiciara, por lo que decidieron distribuirlas en pequeños paquetes bajo la consigna de ‘uvas de la suerte’.
Actualmente, las uvas no han perdido el significado de traer buena fortuna al año que empieza, y hasta han adquirido una connotación de abundancia, por lo que muchas familias las consumen ininterrumpidamente cada 31 de diciembre para que el año nuevo traiga todo lo bueno que el año anterior tal vez no dejó.