En la entrada principal de la zona arqueológica de Tulum persiste el uso de animales exóticos con el único propósito de que los turistas se tomen foto con ellos a cambio de 200 o 400 pesos, a lo que protectores de animales indican que las autoridades ambientales deben vigilar constantemente para evitar que se dé esta práctica, que está prohibida en Quintana Roo.
Carmen Torres, fundadora y representante de la asociación Alma Animal Tulum, comentó que no está a favor, ya que la mayoría de los animales utilizados en esta actividad son especies exóticas y que muchas veces son extraídas de su hábitat natural, a veces matando a las mamás, condenándolos a una vida de sufrimiento e inclusive hasta tienen que drogar a los animales para que estén tranquilos y soporten todo el día estar en contacto con la gente.
“Definitivamente, es algo que no apoyo y creo que mucha gente tampoco, pero irónicamente es uno de los mayores ingresos, por así decir, que tienen en la parte turística tanto en Playa del Carmen como Tulum. Yo no creo que valga la pena una selfie con un animal que pasa toda su vida sufriendo para ser parte del entretenimiento y diversión de los humanos. Muchos dirán hipócrita, comes carne o no sé, pero pues es innecesario todo este sufrimiento para ellos”, consideró.
Mencionó que al prestarles atención las personas contribuyen de forma directa a este tipo de maltrato para muchísimas especies que son consideradas en peligro de extinción. Cabe destacar que desde abril del año pasado el Congreso de Quintana Roo prohibió la exhibición y manipulación de animales silvestres en la vía pública.
La ecologista reflexionó en que al final cada quien decide si compra esa foto en sus vacaciones, pero al menos se debería cuestionar a las personas que tienen a los animales sobre las condiciones de vida de las especies; “les van a decir que todo está bien con el animalito con tal de generar y vender esa foto”.
Miriam Tzeek, miembro de la cooperativa Tulum Sostenible, dijo saber de esta práctica que se realiza en la entrada del recinto maya y denunció la falta de verificación constantemente de esta actividad por parte de dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Refirió que muchas de esas especies crecieron en cautiverio, entonces liberarlas a la selva no es lo más correcto, pero tampoco es lo más apropiado que le están exhibiendo a un ritmo de vida diferente a su hábitat.
Con información de La Jornada Maya
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