Aún es de proporciones desconocidas el impacto que tendrá el Aeropuerto de Tulum en el área natural protegida de Sian Ka’an, pues no existen estudios, “no los conocemos”, expuso Gustavo Merediz, presidente de la asociación Amigos de Sian Ka’an.
Reconoció que la cercanía entre la reserva y el aeropuerto es muy pequeña, por lo que el impacto será inevitable, aunque al carecer de datos no se puede anticipar aún en qué proporción.
Con 36 años de vida, la Reserva tiene una superficie de 528,148 hectáreas. Junto con el Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil y la Reserva de la Biosfera Arrecifes de Sian Ka’an se conforma el Complejo Sian Ka´an, con un área de 652,192.97 hectáreas y comparten un solo programa de manejo. Están situadas en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Tulum, Bacalar y Othón P. Blanco, al centro y sur de Quintana Roo.
Sian Ka’an contiene nueve ecosistemas, tres hábitats acuáticos, 120 kilómetros del Sistema Arrecifal Mesoamericano, que incluye cuatro países: Honduras, Guatemala, Belice y México, además es hábitat para un gran número de aves residentes y migratorias, como el raro jabirú (Jabiru mycteria), la más grande cigüeña del continente americano que anida en el área, además de cuatro especies en peligro de extinción: el jaguar, el tapir, el manatí y el pecarí, según datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Lo que ya se sabe oficialmente hasta el momento es que el aeropuerto supone al menos la tala de 1.3 millones de árboles, además de 43 impactos ambientales (38 adversos y cinco benéficos) por la construcción de la terminal aérea, y que habrá perturbaciones a la fauna por contaminación auditiva, contaminación y destrucción del hábitat y del medio abiótico, según la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto.
Las especies tienen un uso maderable (aserrío, postes, leña, etc.). “Si se consideran el uso o tipo de aprovechamiento, se pueden clasificar en comercial maderable (aserrío), Palizada (construcción), Biomasa y Tropicales comunes. Del volumen total estimado a remover, 52.0% se concentra en 13 especies con potencial para comercialización para aserrío (103,231.94 m3), para palizada 22 especies que concentran el 44.6% (94,482.41 m3), para biomasa 10 especies que concentran solo el 4.5% (9,537.52 m3), y de especies tropicales 17 especies con un volumen de 2,286.48 m3 que representan 1.1% del total”, se lee en el documento.
El recurso forestal que será removido del ejido Chunyaxché impactará principalmente a seis especies que representan el 62% del total estimado, identificadas como E’elemuy (Mosannona depressa) con 219,871 piezas; Jasché (Alseis yucatanensis), con 115,425; y Yaytin (Gymnanthes lucida), con 113,578.
Igualmente el Chicozapote (Manilkara zapota), con 100,753 piezas; el Ramón, (Brosimum alicastrum), con 76,950; y Chechem (Metopium brownei), con 12,825 ejemplares.
El documento refiere además que el aeropuerto y la base militar complementaria se construirán sobre un área de 12,000 kilómetros cuadrados (km2), es decir, 1,200 hectáreas, además contará con un camino de acceso que ocupará 3.2119 km2 (321.19 hectáreas) sobre una zona de selva media.
En total, el área del proyecto suma 1,521.19 hectáreas, en tierras del ejido Chunyaxché, en el municipio Felipe Carrillo Puerto, la llamada zona maya, en la parte central del estado Quintana Roo.
Con información de El Economista