Rosa Leal Bautista, investigadora de la Unidad del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), asegura que más allá de ver a esta macroalga como un problema, existe la posibilidad de aprovecharla dentro del ámbito farmacológico.
“Las algas pardas como el sargazo son un recurso natural muy valioso que pueden ser aprovechadas en procesos industriales, como materia prima o incluso para la elaboración de fármacos. Ya sea en su forma natural o mediante un procesamiento, se le pueden extraer compuestos químicos como el alginato”, explica.
El alginato es un compuesto químico que tiene la propiedad de formar soluciones viscosas o geles, para su uso en las industrias alimentaria, farmacéutica y textil.
Si bien, este compuesto puede ser extraído de diferentes especies algas marinas marrones o “pardas”, en el caso de las especies Sargassum natans o Sargassum fluitans, que son las que arriban a las costas de Quintana Roo, este proceso suele ser un poco más complicado, debido a sus compuestos.
No es imposible, pero para la industria farmacéutica este proceso es más fácil a partir de otras especies de algas pardas, lo que implica un procesamiento más atractivo y eficiente, tanto funcional como económico.
Constantemente, los centros de investigación están trabajando en encontrar nuevas alternativas para aprovechar el sargazo, pues cuenta con características que le permiten ser utilizado para la elaboración de algunos productos.
“Nos tocó participar junto con la Marina en la identificación de sus potenciales usos y con esa información poder desarrollar estrategias y sobre todo la normatividad para su uso. Tuvimos que evaluar varios puntos sobre el sargazo, el alginato es solo uno de los tantos usos potenciales que tiene”, dice.
Elaboración de celulosa, antioxidantes y otro tipo de sustancias que se utilizan en la industria farmacéutica, además del alginato, son algunas de las alternativas que se han identificado para el uso del sargazo.
“Se pueden hacer platos o vasos desechables de sargazo, pero en el proceso de extracción de la celulosa se daña este compuesto y se obtiene una cantidad muy pequeña, por eso la industria del papel no quiere usar el sargazo, hasta que se tenga un proceso adecuado de extracción, donde se obtenga una celulosa de buena calidad”, explica.
Bautista afirma que la vía más factible que han identificado para utilizar el sargazo es como materia prima para la producción de energía.
“Hemos notado que tiene potencial de llevarse al área energética, a través de un combustible para crear energía. De esta forma, nos podríamos acercar a tener una economía circular, pero se sigue trabajando en ello, pues continuamos teniendo como limitantes los contenidos metálicos que pudieran generar alguna reacción”, dice.
Señala que otra de las limitantes para su aplicación como fuente de energía alternativa es el costo del procesamiento y de recolección, pues debe recolectarse antes de que llegue a las costas, para que no comience su proceso de descomposición.
“Aquí el punto es preguntarse si es atractivo y eficiente el proceso, cuánta cantidad de energía vas a necesitar para obtener la materia prima, la cantidad de alga, el espacio de almacenamiento, son algunos puntos a considerar. Ya sabemos que hay un potencial uso del sargazo y que no sólo es un proceso, pero nos está faltando el apoyo para evaluar su procesamiento”, explica.
A pesar de que todavía no es temporada de sargazo, esta macroalga ya comenzó a arribar a la península de Yucatán. Esta semana se vio en Mahahual, Quintana Roo, y en Progreso, Yucatán.
Aunque no en grandes cantidades, el sargazo obligó a las autoridades de los tres niveles de gobierno a idear estrategias de una vez, para ponerlas en marcha en febrero, un mes antes de que oficialmente inicie la temporada de arribazón.
Las autoridades creen que los efectos del frente frío 19, que dejó fuerte oleaje en la península, sería la causa de que apareciera prematuramente el sargazo.
En Yucatán, durante los últimos días de diciembre y los primeros días de enero se encontró el sargazo en 220 kilómetros de los 330 que conforman la costa yucateca. Esto afectó directamente a los pescadores de Progreso, Sisal, Chuburná, Chelén y El Cuyo.
En odontología, forma parte de la masa utilizada para obtener impresiones de los dientes y de los tejidos blandos. También se utiliza para la elaboración de prótesis dentales removibles.
En la curación de heridas es utilizado como láminas o apósitos que favorecen la cicatrización, por su poder hemostático y absorbente.
En el aparato digestivo, tomado en pastillas o en suspensiones orales, el alginato ayuda a controlar la acidez y el reflujo y crea una barrera protectora para el estómago.
También ayuda a reducir el colesterol y el azúcar en la sangre.
Con información de Diario La Verdad