Es indignante y vergonzoso el video que circula en redes sociales, en el cual se observa a dos policías de Guadalajara, Jalisco, un hombre y una mujer, agrediendo brutalmente a un indigente que yace en el suelo, desamparado y vulnerable.
La crueldad de estos supuestos servidores públicos no tiene límites, pues el video muestra cómo el policía le patea la cara al hombre, mientras la mujer se le sube encima a la altura de la pantorrilla. Este atroz acto de violencia deja al descubierto la descomposición moral y falta de empatía de estos agentes.
Los internautas, con toda la razón, exigen que el gobernador Enrique Alfaro actúe en consecuencia y castigue a los responsables de este acto inhumano. La gente está cansada de que los encargados de proteger y servir sean los primeros en violar los derechos humanos.
Como si no fuera suficiente, se le aplica descargas eléctricas para obligarlo a levantarse. Este trato inhumano y degradante es inaceptable en cualquier sociedad que se considere civilizada.
El video, que presuntamente ocurrió frente a la clínica 89 de la avenida Circunvalación en la capital de Jalisco, ha desatado una ola de reacciones y comentarios indignados en redes sociales, donde los usuarios expresan su repudio ante tal barbarie.
@RicardoMarteli cuestiona la falta de profesionalismo en las fuerzas de seguridad y exige una reestructuración profunda para garantizar la integridad y los derechos de los ciudadanos.
GinaIrurzo (@ginairurzo) hace un llamado a la empatía, la solidaridad y la compasión, preguntándose por qué la persona que grabó el video no intervino para ayudar al indigente.
@chtpmprian1 señala la ironía de la mujer policía que participa en el ataque, cuando las mujeres a menudo se victimizan pero también pueden ser igual de violentas que los hombres.
Karilu Lima (@KariluLima) cuestiona la eficacia de las pruebas psicológicas y la calidad de los funcionarios públicos que conforman las fuerzas de seguridad.
Este lamentable suceso pone en evidencia la urgente necesidad de erradicar el abuso de poder y la impunidad en México, así como de implementar mecanismos de control y supervisión efectivos en las corporaciones policiales.
La sociedad mexicana no puede permitir que este tipo de actos queden impunes. Es hora de exigir justicia y trabajar en conjunto para construir un país en el que la dignidad, el respeto y los derechos humanos sean la norma y no la excepción.
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