Fueron 500 días los que Beatrice Flamini permaneció al interior de una cueva que se encuentra a 70 m de profundidad con la finalidad de alejarse voluntariamente del mundo exterior.
La mujer ingresó a este lugar carente de luz el pasado 21 de noviembre del 2021 y fue este 14 de abril del 2023 cuando volvió a ver la luz natural, al dar por cumplida su misión.
Se trata de una deportista, que se internó en una cueva ubicada en Motril, España. De manera que durante los 500 días la cueva fue asegurada para evitar que entraran animales o cayeran y pudieran lastimar a la deportista.
“Sigo atrapada en el 21 de noviembre de 2021, no sé nada del mundo” dijo al salir de la caverna.
Beatriz fue valorada a su salida y se encontró en un estado físico perfecto pero con ligeras alteraciones mentales.
A decir de la deportista, el interior de la cueva fue un tanto hostil para el cerebro ante la falta de estímulos sonoros.
Algunos expertos indicaron que la mujer podría tener algunos problemas de memoria así como al momento de tomar decisiones además de alteraciones en la atención y dificultades para concentrarse y razonar.
“Pierdo el equilibrio por eso estoy siendo sostenida, si me permiten, iré a tomar una ducha llevo un año y medio sin tocar el agua” expresó Beatriz.
Cabe mencionar que durante la estancia en la caverna la deportista le dio más de 60 libros y se hidrató con la cantidad aproximada de 1000 litros de agua.
Entre las múltiples maneras en que describió su encierro, la mujer aseguró que para ella el tiempo parecía no pasar, creyendo que había pasado a un promedio de 170 días y testificó haber experimentado alucinaciones auditivas.
Otro dato curioso de este ejercicio de aislamiento, fue que la mujer contaba con internet solo para enviar información más no para recibirla.