El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, no tuvo tiempo para informe en Playa del Carmen a presenciar los resultados de su alcaldesa, pero si para presidenta de Puerto Morelos, que tiene graves acusaciones de corrupción.
Antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo premiara con una embajada en un país de primer mundo (Canadá), el gobernador tuvo la oportunidad de despedirse del pueblo que lo ayudó a llegar a donde está: Solidaridad, donde fue alcalde en sus tiempos como gran priista.
Te recomendamos leer: La renovación de Solidaridad avanza: Lili Campos
Pero no fue así, el nuevo aliado del morenismo prefirió ir a oir las mentiras de Blanca Merari, del partido aliado del oficialismo: el PVEM, con gran poder últimamente en la entidad. Y es que Puerto Morelos tiene todo menos avances que presumir a los ciudadanos.
Al todavía gobernador ya se le olvidó que tras no obtener la candidatura de su entonces partido, el PRI, a la gubernatura de Quintana Roo, fue arropado por el PAN y el PRD, partidos que ahora traiciona para entregar el estado al partido del presidente de la República. ¿Por qué no quiso oir los avances de una presidenta municipal que cuenta con el aval de los ciudadanos, como lo es Solidaridad.