Días atrás el director de Grupo Pirámide, Luciano Núñez, se reunió con dos analistas del Mecanismo Federal para Protección de Periodistas y Personas Defensoras de los Derechos Humanos, luego de haber sido intimidado y discriminado por parte de integrantes del gabinete del gobierno de Tulum, que preside Diego Castañón.
La inconformidad del gobierno fue un análisis que se realizó desde esta columna, Jaguar Negro, que daba cuenta de un sub-ejercicio en la cuenta pública de 2022.
En ella, el tesorero de aquel entonces, hoy alcalde, estimó un ingreso de poco más de mil millones de pesos y propuso, en la cuenta de egresos, gastar sólo 841 millones, es decir, un plan que fue presentado como ahorro y que pudiera haber sido invertido en proyectos e infraestructura, que tanta falta le hacen al municipio, hoy nota mundial por la cantidad de basura que se arroja hasta en zonas protegidas.
Personal a cargo de Castañón no sólo envió la nota en cuestión, sino que dejaron constancia de mensajes intimidatorios, además de una llamada telefónica, en la cual, se refieren al director como un periodista que, “como no nació aquí, no entiende cómo es la política en Quintana Roo”, personaje de oscuro pasado ligado a un ex gobernador, hoy preso.
Si bien el alcalde tomó conocimiento y llamó telefónicamente para disculparse, no deja de ser una forma de intimidación y discriminación, desde donde se mire, que atenta con la libre expresión, más aún cuando el análisis de marras apunta a la cuenta pública y no se refiere a otros asuntos de índole personal, como refiere otro de los mensajes.
En Grupo Pirámide hemos decidido hacer público este lamentable suceso —con la autorización de los analistas— dado que falta mucho por aprender en cuanto al trato a la prensa, tan vapuleada en los últimos años.
Créditos:
Jaguar Negro / Grupo Pirámide
