Un virus mortal azota a las tropas del presidente Vladimir Putin desplegadas en Ucrania, dejando un rastro de muerte y pánico entre los invasores rusos.
La devastación causada por la destrucción de la presa Nova Kajovka ha sido el caldo de cultivo perfecto para la propagación de esta enfermedad letal.
La situación se ha agravado debido a las aguas contaminadas que han inundado los alrededores de la ciudad ucraniana, dejando a cientos de personas damnificadas y sus hogares sumergidos bajo el agua.
El virus identificado como cólera ha cobrado la vida de numerosos soldados del Kremlin, reveló el periódico Daily Star. Docenas de militares rusos han sucumbido a las consecuencias de esta enfermedad, lo que ha llevado a los supervivientes a huir aterrorizados del área afectada.
Este lunes un grupo militar conocido como Atesh, compuesto por ucranianos y tártaros de Crimea, informó a través de su canal de Telegram que sus informantes habían reportado que decenas de soldados rusos estaban ingresando a hospitales para recibir tratamiento contra esta infección bacteriana mortal. Además, el grupo agregó que ya se habían registrado muertes como resultado del brote de cólera.
“Atesh” afirmó que unidades enteras de las fuerzas rusas desplegadas en la dirección de Kherson, a lo largo del Canal del Norte de Crimea, han perdido su capacidad de combate y están siendo trasladadas a retaguardia para recibir tratamiento. “Varios soldados rusos han perdido la vida”, escribió el grupo.
Según Atesh, es probable que el brote se haya originado debido al uso de agua “de fuentes abiertas” por parte de las tropas rusas, ya que las dificultades causadas por las inundaciones han impedido la entrega de agua embotellada o purificada a los ocupantes. El grupo ucraniano enfatizó la gravedad de la situación y advirtió a los residentes de la región de Kherson y Crimea que estén extremadamente atentos al agua que consumen.
“La explosión de la represa Kakhovka ha causado un enorme daño a la naturaleza, revelando muchas enfermedades de las que escucharemos hablar”, declaró Atesh.
La situación actual representa una grave amenaza para la salud de las tropas rusas y, al mismo tiempo, pone de manifiesto las consecuencias devastadoras de los conflictos y desastres naturales en la región.