La temporada invernal ha traído un repunte en las enfermedades respiratorias, sin embargo este año la atención se ha centrado en una mutación del virus de influenza estacional tipo A: el H3N2 subclado K que ha presentado recientemente un incremento en la gravedad de los casos, lo que exige vigilancia a nivel global.
Esta denominada “supergripe” afecta principalmente a grupos vulnerables, como infantes y personas de la tercera edad. Motivo por el cual, la inmunización sigue siendo la estrategia más eficaz para prevenir el contagio, tal como sugiere la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Cabe mencionar que, la variante “K” se ha convertido en una viajera frecuente con presencia en 34 países. Debes considerar que el impacto global de este patógeno se distribuye de manera desigual, estableciendo focos de alerta en los siguientes territorios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Región del Pacífico: El 89% de las secuencias analizadas en esta zona corresponden al subclado específico de la influenza H3N2.
- Reino Unido: Las autoridades sanitarias británicas han encendido las alarmas tras detectar 420 casos confirmados. En una sola semana, la tasa de positividad escaló al 17.1%.
- Unión Europea: La positividad superó el 10% hace tiempo. La variante “K” representa casi la mitad de los diagnósticos analizados, marcando un inicio de temporada sumamente intenso en Europa.
- Asia: En países como Japón y Corea del Sur, la actividad viral comenzó mucho antes de lo habitual, con tasas que oscilan entre el 8% y el 56%.

Los registros sugieren que esta cepa se comporta como una temporada de gripe fuerte convencional y no constituye una emergencia sanitaria. La gripe H3N2, especialmente su subclado K, provoca síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades respiratorias como COVID-19, aunque presenta signos característicos que permiten identificar oportunamente, como lo son los siguientes:
- Fiebre alta (generalmente superior a 38 °C)
- Tos seca persistente, hasta dos semanas
- Dolor de garganta
- Dolores corporales y musculares
- Fatiga severa y debilidad
- Dolor de cabeza
- Nariz congestionada o con moqueo
- Escalofríos y sudoración
En algunos casos puede agravar afecciones crónicas preexistentes, como insuficiencia cardíaca congestiva, asma o diabetes, además de generar complicaciones como neumonía bacteriana, infecciones de oído o de los senos, principalmente en personas vulnerables.

Por este motivo, la influenza A(H3N2) representa un riesgo mayor para ciertos sectores de la población, ya que son más propensos a desarrollar complicaciones graves. Estas personas requieren atención especial, seguimiento médico y medidas preventivas para reducir el impacto de la infección y sobre todo prestar mayor atención a:
- Adultos mayores: Personas de 60 años o más, con mayor riesgo de hospitalización, especialmente quienes tienen 65 años o más.
- Niños pequeños: Entre seis meses y 5 años de edad, por su sistema inmunológico aún en desarrollo.
- Mujeres embarazadas: Especialmente durante el segundo y tercer trimestre, así como durante el puerperio si no se vacunaron durante el embarazo.
- Personas con afecciones médicas crónicas: Incluye trastornos cardíacos, enfermedades pulmonares, renales o hepáticas, desórdenes metabólicos, neurodesarrollo afectado, inmunosupresión, cáncer y enfermedades de la sangre.
¿Cómo protegerte?
Para protegerse, la vacunación sigue siendo la medida más efectiva. Las vacunas disponibles, incluso las tetravalentes en México, ayudan a reducir el riesgo de hospitalización y muerte, ofreciendo protección ante subtipos con cambios antigénicos y reforzando la inmunidad de los grupos vulnerables.






