La integración de la bicicleta con el transporte público tiene múltiples beneficios ambientales y de salud para los usuarios en ciudades como Playa del Carmen, donde el sistema Biciplaya tiene a 33 mil 547 usuarios que, además de tener una mejor movilidad urbana, se ahorran 139.1 toneladas de C02 al entorno natural y muchos de sus usuarios son extranjeros.
Incluso, uno de los usuarios de origen estadounidense publicó en redes sociales su gusto por este sistema en la ciudad caribeña.
“Por 400 pesos al año y puedo ir a una de sus estaciones de estacionamiento y llevarme cualquiera de sus bicicletas que yo quiera, (los asientos son ajustables, las bicicletas son de 3 velocidades, tienen campanas) montarla a cualquiera de sus estaciones del estacionamiento de la ciudad, y dejarla – todo por esa tarifa original. (Hay un límite de tiempo, como 30-45 minutos. Esto impide que la gente acapare bicicletas como los nómadas digitales acaparen mesas en Cafe Choux Choux, así que eso es algo bueno”, escribió el usuario.
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Cabe destacar que tan solo de 2019 a 2021 se han recorrido 463, 701 kilómetros, generando personal más sanas al ser la bicicleta uno de los mejores ejercicios físicos y menos contaminantes.
A las ciudades como Playa del Carmen, o grandes como Ciudad de México, les conviene fomentar el uso de este medio para disminuir el parque automotriz y evitar el colapso del transporte público, por lo tanto, tienden a invertir en infraestructura que aumentará el uso de los programas como Biciplaya.
Biciciplaya es un programa de bicicleta compartida donde las personas, este costo anual es muy barato en donde es más fácil moverse en Playa del Carmen en bicicleta que en vehículo automotor.
Entre los beneficios se pueden mencionar como primer lugar que el ciclista está en movimiento por lo que el ejercicio en tiempo de pandemia es una opción de bienestar que debe ser mayormente cuidado.
Desde su llegada básicamente he ignorado las bicis BiciPlaya aparcadas por la ciudad. Realmente nunca exploré su propósito.
Recientemente he estado usando mi coche mucho menos y mi moto más. Con eso viene encontrar un lugar para cerrar la moto y el estrés de que la roben. Estoy acostumbrado a eso, pero básicamente es inevitable que me lo roben, ¿verdad?
“Hoy quería ver a un amigo e ir a Old Navy. Así que agarré una bicicleta en 10 av y Colosio y bajé tranquilamente a Plaza Antigua, donde hay una estación de estacionamiento. Fueron 3.37 Km y tomó la friolera de 21 minutos. Visité a mi amigo, hice mis compras y paseé por La Quinta. Estoy escribiendo esto en Starbucks en La Quinta Alegría. Cuando termine, puedo elegir seguir caminando por la ciudad o saltar en bicicleta. Es súper genial tener esa flexibilidad”, destacó el usuario.