Cancún. Para percibir los meteoros no serán necesarios dispositivos ópticos especiales, sino que bastará con contar como foco a las estelas, que se sitúa en la constelación de Leo.
La popular lluvia de estrellas conocida como las Leónidas marca una de las citas otoñales más esperadas por los aficionados a la astronomía. El fenómeno es visible desde principios de noviembre y se prolongará hasta final de mes, pero su máximo apogeo tendrá lugar la medianoche de este sábado 17 de noviembre, cuando podrán observarse entre 10 y 20 meteoros cada hora.
Las Leónidas podrán verse cuando la Luna se ponga, es decir entre la 1:06 a.m. y a la 1:54 a.m. del domingo.
Toda lluvia de meteoros se produce tras el paso de un cometa cerca del Sol, cuya sublimación desprende fragmentos de hielo y roca que quedan suspendidos en el espacio para después vaporizarse al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. Las Leónidas no son más que los restos polvorientos que deja a su paso el cometa 55P Tempel-Tuttle, que orbita en el sistema solar interior cada 33 años.
Estos son meteoros muy rápidos. Chocan contra la atmósfera de la Tierra a 72 km/s (¡259,000 km/h!), y suelen producir meteoros muy brillantes y bólidos que suelen dejar un rastro que puede llegar a perdurar varios segundos.
Para percibir los meteoros no serán necesarios dispositivos ópticos especiales, sino que bastará con contar como foco a las estelas, que se sitúa en la constelación de Leo —por la que reciben su nombre—. Es preferible hacerlo desde un punto de observación aislado de la contaminación lumínica y conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, opuestas a la posición de la Luna.
Recomendaciones si usas cámara:
-Evitar la contaminación lumínica y reducir el brillo de la pantalla.
-Usar un trípode o programar el disparo sobre una superficie estable.
-Reducir las vibraciones con el temporizador o un cable disparador.
-Utilizar un objetivo gran angular para captar una mayor parte del cielo.
-Apostar por el enfoque manual y aplicar la ‘regla hiperfocal’.
-Calcular el tiempo de exposición utilizando la ‘regla 500’, que consiste en dividir 500 entre la longitud en milímetros de la lente.