Gregorio Valdes:
El vocero del ayuntamiento de Tulum, a quien no se le puede llamar comunicador porque sería usurpación de profesiones, se dice orgulloso de no ser coordinador sino director en el gobierno municipal, desde donde habría ocupado dinero público para hacer campaña política.
Ya ocupando la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento de Tulum, Adán Quintanilla Ávila se convirtió en un constante violador de las leyes de la función pública. El caso más reciente es que presuntamente, él personalmente coordinó la campaña a la diputación local de Silvia Dzul Sánchez, sin renunciar a su cargo como funcionario público, lo cual lo hace un delincuente electoral tal y como lo dictan las leyes en dicha materia.
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A pesar de que la ley dictamina que es un delito hacer proselitismo siendo funcionario público, Quintanilla Ávila, sabiéndose protegido e impune, hacía campaña en favor de la candidata que iba a llegar a la diputación local con una candidatura conseguida, dejando fuera a los iniciadores de Morena.
Adán Quintanilla, incluso publicaba en sus redes sociales parte de la campaña que coordinó, lo cual denota el desconocimiento de las leyes que todo comunicólogo sabe porque es parte de la formación de quienes estudian la carrera de Comunicación o periodismo.
Sin embargo, está documentado que el funcionario usurpa una carrera profesional.
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Playaaldia, en su ejercicio periodístico, está investigando sobre los posibles negocios y parte del erario que se ocuparía para campañas desde el gobierno municipal de Tulum.
Desde el Congreso del Estado de Quintana Roo, Silvia Dzul protege a su coordinador de campaña y ya va en busca de la presidencia municipal con el fin de hacer crecer el cacicazgo.
“No soy coordinador, sino director”, se jacta en decir Adán Quintana Ávila cuando fue evidenciado como un usurpador de profesiones al ser presentado como comunicador. Eso no es, pero sí un delincuente electoral.
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